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ToggleEs difícil determinar hasta qué punto la salud mental de la población española se ha visto afectada por la pandemia de Covid-19. El bienestar psicológico abarca un espectro muy amplio y algunos de sus cambios no pueden medirse solo en función de datos epidemiológicos oficiales o, al menos, no de manera ágil. Debemos tener en cuenta que, por su propia naturaleza, ciertos datos tardan en obtenerse. Además, aunque los consigamos, no pueden reflejar la totalidad de una situación.
Salud mental durante la pandemia
En cualquier caso, para evaluar el impacto de la emergencia sanitaria en la salud mental de los españoles es importante manejar datos de calidad y también cotejarlos con los anteriores al comienzo del problema.
La ansiedad, los procesos de duelo y las relaciones de pareja están entre las principales preocupaciones de las personas que acuden a terapiaEs obvio que, a un nivel muy general, la salud mental del conjunto de la población española forzosamente se ha tenido que ver deteriorada por una situación como la que estamos viviendo. No obstante, habría que examinar más en detalle qué problemas de salud concretos han aumentado, cómo se les ha hecho frente y qué recursos y fortalezas se han puesto en marcha para contrarrestarlos.
Conforme vayan pasando los meses será interesante ver cómo evoluciona la situación, dado que la pandemia todavía no ha concluido y también hay problemas de salud mental que tardan un tiempo en manifestarse.
El punto de partida en salud mental
Es importante tener en cuenta que los eventos estresores externos no impactan en nosotros sobre un vacío, sino que aterrizan sobre la situación en la que ya nos encontramos. Como es natural, su impacto es mayor en el caso de que exista una vulnerabilidad previa.
Si una persona ya de por sí tiende a presentar niveles de ansiedad altos, tendencia depresiva o cualquier otra predisposición a padecer un problema de salud mental, es probable que el confinamiento no le haya sentado muy bien. Si, por ejemplo, tenía muchos estresores en su vida o su relación de pareja atravesaba por un punto crítico, la emergencia sanitaria habrá puesto al límite sus recursos.
Por desgracia, en algunos casos esta pandemia habrá ocasionado un auténtico problema, que puede persistir en el tiempo. En otros el impacto también puede haberse solucionado, no hay razón para ser catastrofistas. Esta vez nos vamos a centrar en los retos para la pareja, los problemas de ansiedad y los procesos de duelo, tres de los temas que más interés han despertado en las consultas psicológicas, incluyendo las de nuestra plataforma de terapia online, en los últimos meses.
La relación de pareja durante el confinamiento
Las relaciones de pareja son todo un universo que puede dar lugar a múltiples dificultades. Muchas parejas iniciaron su convivencia con la excusa del confinamiento y quizá no estaban preparadas para dar ese paso o para darlo en esas circunstancias. Otras parejas ya convivían desde tiempo atrás, pero no a un nivel tan intenso. Por último, hay parejas que no convivían y que quedaron separadas durante meses por las medidas de confinamiento y de distancia social.
La emergencia sanitaria y las medidas para hacerle frente han puesto al descubierto las grietas pero también las fortalezas de muchas relaciones interpersonales, por ejemplo las de pareja. Cuando la vida era “normal” contábamos con muchos distractores y compensaciones e íbamos saliendo al paso de esos puntos flacos. Sin embargo, al confinarnos juntos o al permanecer separados sin poder vernos con normalidad, no ha habido escapatoria y las vulnerabilidades de la relación han quedado al descubierto. Lo importante -e interesante- no es que eso ocurra, dado que eso era previsible; lo interesante es ver cómo cada pareja ha hecho frente a esa situación.
Los distintos escenarios han generado diferentes tipos de retos para cada relación: cómo gestionar la separación y cómo manejar un tiempo compartido al cien por cien y con pocas escapatorias para “despejarse”. Es probable que la mayoría de personas lo hayan resuelto más o menos bien, incluso habrá parejas que habrán salido fortalecidas del desafío. Otras, en cambio, no habrán aguantado esa prueba de estrés y habrán llegado al final de su ciclo evolutivo.
Ansiedad ante la emergencia sanitaria
La ansiedad es una reacción emocional y somática compleja que está asociada a tensión, miedo, inquietud, preocupación y una activación anómalamente elevada. En ciertos niveles y siempre que las circunstancias externas sean coherentes con ello, se trata de una reacción normal, sana e inevitable.
Cuando es demasiado elevada y duradera entonces se convierte en un problema de salud. Puede manifestarse como un estado de inquietud o preocupación hacia el futuro, como incapacidad para dormir o comer adecuadamente, irritabilidad, dificultad para concentrarse, relajarse y disfrutar de las situaciones en las que se participa.
Resiliencia y ansiedad: ¿reacciones psicológicas opuestas?
No exactamente. De hecho, son fenómenos que pueden coexistir. La ansiedad es una reacción normal y universal ante ciertas situaciones. Su función es favorecer que nos adaptemos a esas situaciones, siempre que no sea excesiva y que sea coherente con las amenazas o retos a los que tenemos que hacer frente en nuestro día a día,. Por su parte, la resiliencia es la capacidad para salir fortalecidos de una situación adversa y está presente en todos los seres humanos en una medida u otra.
Estas son las definiciones, pero luego hay que ver cómo se manifiestan estos fenómenos psicológicos en cada ser humano concreto. Por definición, la ansiedad tiene un componente relativamente automático e incontrolable en un primer momento, aunque luego dispongamos de habilidades para poder regularnos de una manera consciente y deliberada. Es decir, no siempre es necesario esperar a que nuestro organismo se regule por sí mismo. La resiliencia, por su parte, es más bien el resultado profundo del proceso de afrontamiento de una situación adversa y se refleja en distintos aspectos de nuestra personalidad, de nuestra manera de ver el mundo y de nuestras habilidades. En cualquier caso, no es o una cosa o la otra.
Qué hacer ante la ansiedad
No hay recetas predeterminadas que puedan servir para cualquier persona que está experimentando de una manera problemática esto que llamamos “ansiedad”. Depende de qué aspectos de la situación actual le generen esa reacción, de cómo la manifieste y de cómo sea su estilo de afrontamiento en general y actualmente.
Sin embargo, se puede recomendar a esa persona que recuerde que, hasta cierto punto, sentir ansiedad ante una incertidumbre intensa o cuando los problemas se acumulan no es ninguna anomalía sino que es normal. También debe recordar que la ansiedad nunca va a desaparecer de su vida para siempre porque eso ni es posible ni es necesario y además supondría un problema.
El reto de esta persona reside en aprender a entenderla y convivir en lo posible con ella. Por supuesto, si siente que lo que le ocurre no es normal sino que le está generando un problema significativo en su bienestar diario, entonces tiene que acudir, por lo menos, a la consulta de un psicólogo. Juntos podrán examinar la situación más detenidamente y empezar a reconducirla.
Desafíos de la pandemia ante procesos de duelo
Sin duda, esos desafíos variarán mucho de persona a persona, dado que el duelo es un proceso muy particular de cada cual. Depende de las circunstancias concretas en que cada fallecimiento de un ser querido se haya producido, de la relación del doliente con el fallecido y de la personalidad particular de cada doliente.
En efecto, cada duelo es un universo lleno de peculiaridades. Lo que sí es cierto es que muchas personas pueden haber experimentado esas muertes marcadas por la separación, la soledad y la ausencia de despedidas como algo traumático. Esto quiere decir como una experiencia de impotencia que les sobrepasa.
Los elementos traumáticos, sobre todo si son muy intensos o numerosos, suponen una dificultad añadida en un proceso que, como su mismo nombre indica, ya es doloroso de por sí. La buena noticia es que la mayoría de las veces esto se asimila de manera satisfactoria. A ello contribuyen ciertos recursos personales y redes de apoyo formales e informales, incluyendo la ayuda psicoterapéutica si la persona lo necesita y se abre a ello. De este modo, se puede experimentar un duelo perfectamente normal que no tiene por qué generar complicaciones a largo plazo.
La evolución de la terapia psicológica online
De momento, este formato de psicoterapia ha llegado y parece que para quedarse. En realidad, no es algo que se haya inventado con la pandemia o para la pandemia. Ya existía desde años atrás, aunque la pandemia haya supuesto un empujón significativo para su expansión e implantación.
La terapia online ya existía antes de la pandemia, pero esta ha supuesto un impulso fundamental para su desarrolloNo sabemos cómo será la terapia dentro de cincuenta años o cien. Tampoco si lo que hoy entendemos como “online” (a distancia y a través de las tecnologías actuales de la información) será entendido de la misma manera para ese entonces. Lo que sí sabemos es que, de momento, la terapia online tiene mucho margen y muy buenas razones para expandirse y perfeccionarse en convivencia con la terapia presencial. En cualquier caso, el desarrollo de la terapia online en esta época de emergencia sanitaria forma parte de la dinámica en la que ya estábamos antes: la de la normalización de la atención psicoterapéutica como una medida para el bienestar, no como un estigma o algo a lo que no es necesario dar importancia.
La salud mental de la población general se ha visto muy confrontada últimamente y la emergencia sanitaria sigue estando entre los principales temas de preocupación. Por eso mucha gente se ha animado durante los últimos meses a iniciar una terapia psicológica y van a seguir haciéndolo al menos durante un tiempo. Quizá tú te estás planteando dar el paso de iniciar una terapia con un psicólogo. Piensa que puedes hacerlo online y sin moverte de casa. Conéctate hoy mismo a nuestro chat y uno de nuestros psicólogos te informará sobre cómo hacerlo. Merece la pena.