Como en cualquier faceta de la vida, hoy estamos, pero quizá mañana no. ¿Cómo despedirse de un compañero de trabajo? Decir adiós a un compañero que, a menudo, también es un amigo, no es sencillo. A veces los compañeros nos dejan porque continúan su carrera en otra empresa, porque se jubilan, porque son despedidos o bien porque, en el peor de los casos, fallecen de manera imprevista o tras una enfermedad.
Las relaciones personales en el trabajo están construidas con una mezcla explosiva de tensiones, metas compartidas, anécdotas disparatadas, roces a veces amargos, alianzas, complicidades… Llevar a cabo la misión de la empresa juntos cada día es duro y, con suerte, también es muy satisfactorio. En medio de ese proyecto profesional, a lo largo de las semanas, los meses, los años, se genera una red de afectos que, un buen día, puede quedar interrumpida.
A veces efectuar un cierre y despedida tranquilos, conscientes y bien organizados no es posible, porque el despido se produce de manera fulminante, o la marcha del compañero a otra empresa se hace de un día para otro, o bien el compañero fallece de manera repentina y su ausencia pilla a todos por sorpresa.
Si no es este el caso, sino que tenéis la oportunidad de programar una transición suave desde su presencia en la empresa hasta su marcha, es bonito y constructivo para todo el equipo el darse la oportunidad de despedirse del compañero de trabajo de una manera oficial y explícita.
¿Cómo decir adiós a un compañero que se marcha de la empresa?
1. Organizad bien las tareas pendientes
Si es posible, tomaos el tiempo que sea necesario para finalizar las tareas que aún estéis compartiendo. Una cosa es lo que nos permitimos hacer cuando nos queda poco tiempo en el convento y otra bien distinta que tengamos que separarnos dejándolo todo manga por hombro.
Aunque vuestro supervisor ya se encargará de que lo hagáis, es bueno que por propia iniciativa os organicéis para ver en qué punto quedan los diferentes asuntos y cómo quien se va puede ayudaros a que, con su marcha, no se resienta demasiado la productividad del equipo.
2. Recordad lo bueno que ha sido trabajar juntos
Desde el momento en que un compañero anuncia que próximamente abandonará el equipo se pone en marcha instintivamente nuestro mecanismo para las anécdotas, los recuerdos y, en definitiva, la historia compartida como equipo de trabajo.
Dedicad unos cuantos buenos ratos a hacer memoria viva de todo lo que habéis vivido en la oficina. Disfrutad juntos de esos momentos, ya que servirán para celebrar vuestra historia común y elaborar juntos un relato como equipo cohesionado.
3. Organizad algún evento de despedida oficial
No hay que complicarse, puede ser algo sencillo. Homenajead al compañero que se marcha dejando espacio para el balance, la gratitud y los buenos deseos para el futuro. Brindad juntos por el que se va, por los que se quedan, por lo compartido. Podéis organizar algo en la propia oficina o bien un evento de despedida donde podáis estar en un ambiente más desenfadado.
4. Aprovechad su entrevista de salida para mejorar todos
Si todo va bien y se dispone de tiempo suficiente, vuestro supervisor citará al compañero para realizar su entrevista de salida y evaluar juntos su trayectoria pasada y sus propuestas de mejora para el futuro. Quizá es una buena oportunidad para que le sugiráis comentarios constructivos que él/ella puede sugerir desde la libertad que da el marcharse, pero contribuyendo a la mejora del clima laboral para quienes se quedan.
5. Reservad algún espacio para recordar al compañero
Señalad de manera concreta algo que sirva para recordar la huella o legado de la persona que se marcha, al menos durante un periodo. Llamad con su nombre o con alguna expresión suya a una sala, una actividad o un objeto. Colocad a la vista fotos de los team-building en las que salgáis todos, haced alguna videollamada dentro de un tiempo, para contaros qué tal os va, aunque sea durante unos minutos.
Aprender a cuidar el clima laboral con ifeel
Estas son solo algunas sugerencias que debéis adaptar a las circunstancias de vuestra empresa, a la motivación que tengáis en el equipo y, por supuesto, al motivo en concreto por el cual un compañero o compañera ya no va a seguir trabajando con vosotros.
Más allá de lo anecdótico, todas ellas son acciones que nacen de la cohesión del equipo y que, a su vez, lo fortalecen, contribuyendo así al clima laboral favorable en la compañía y al sentido de pertenencia a la misma que pueden tener los empleados. Hacedlo si os apetece o cambiad aquello con lo que no os identifiquéis. Recordad que no hay que quedarse con las ganas de despedirse de un compañero de trabajo como se merece solo porque no se nos ocurra cómo hay que hacer este tipo de cosas.
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Gracias a esta colaboración, los responsables de recursos humanos pueden recibir asesoramiento personalizado y basado en datos acerca de los principales factores de riesgo para el clima laboral en que viven sus equipos. Por ejemplo, sobre cómo afrontar la marcha de un miembro del equipo para que ese equipo siga adelante sin perder fortaleza. De este modo, se fomenta la salud mental de los trabajadores mientras se preservan buenas condiciones para que la productividad sea óptima.
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