¿Cuántas cosas habríamos hecho diferente de haber contado con 10 consejos para estudiantes, ofrecidos desde la experiencia, sobre cómo enfocar nuestra formación universitaria?
En la vida no podemos transformar los hechos pero sí podemos reflexionar sobre ellos y cambiar la interpretación que les damos. Esto es aplicable a todo, incluyendo las decisiones que tomamos sobre nuestra formación y la manera en que esas decisiones han influido a lo largo de los años en nuestra carrera profesional.
Puestos a ir a la universidad, una de las decisiones más importantes que tiene que tomar una persona es, obviamente, elegir la carrera. En la mayoría de los casos esto sucede cuando el estudiante tiene unos 17 o 18 años de edad, una vez que tenemos en la mano la nota de la selectividad (o como quiera que se llame ahora ese examen).
Quizá tú estás en ese momento ahora mismo. O estás a la mitad de tus estudios. O al borde de finalizarlos y tener que iniciar tu trayectoria profesional propiamente dicha. Es posible que te esté encantando lo que haces, que tengas muy claro lo que viene después y que te sientas perfectamente alineada/o con cómo quieres estar dentro de 5, 10 o 15 años. Si tienes tan clara tu vocación, ¡tienes muchísima suerte!
Por si no fuera tu caso, hemos pedido a un grupo de personas de diferentes edades y profesiones que, a toro pasado, reflexionen sobre los estudiantes que fueron y que luego nos lo cuenten. Estos hombres y mujeres ya pasaron por ahí y ahora comparten con nosotros, desde la experiencia que dan los años, 10 consejos para estudiantes que hubieran querido manejar cuando andaban entre apuntes, exámenes y créditos.
Primero vamos a ofrecerte la síntesis, más abajo puedes conocer más sobre su experiencia personal concreta. Pon atención, quizá puedas aprovechar algo de lo que tienen que decirte antes de que sea tarde…
10 consejos para estudiantes que agradecerás escuchar
1. Pasados los años vemos las cosas muy diferentes: los criterios que manejamos para decidir, los métodos que empleamos para sacar adelante la carrera, los miedos que padecimos… La perspectiva nos aporta claridad, pero la vida se vive en el presente. Recuerda que, con el tiempo, cambiarás tu manera de interpretar tu vida.
2. Cuando elegimos nuestros estudios y emprendemos nuestra carrera profesional nada es lo que parece, ni lo bueno ni lo malo. Va a haber muchas sorpresas, no te martirices intentando que todo cuadre, ¡hay tantas variables que no puedes controlar!
3. Casi siempre optamos por una carrera universitaria sabiendo muy poco sobre cómo son esos estudios y, especialmente, sobre cómo es la profesión que se deriva de ellos. No pretendas ser adivino.
4. Elegimos la carrera muy condicionados por criterios externos sobre lo que nos pega y lo que es útil, pero menos condicionados de lo que deberíamos por nuestros gustos e intereses personales. Las famosas “salidas” de una carrera no deben ser nuestro único criterio para elegirla.
5. Incluso en el mejor de los casos, la universidad es incompleta e imperfecta. Queda mucho camino por recorrer cuando obtenemos nuestro título: no te sientas mal si la carrera no te lo da todo, tu formación continúa.
6. Es importante comenzar las prácticas cuanto antes, al final es a lo que te dedicarás y lo que mejor te integrará en el mundo laboral. Los reclutadores se fijan en la experiencia, no en la media de tu expediente, céntrate en la primera.
7. No todo en la formación es estudiar una carrera como tal, o una carrera aparentemente prestigiosa. Hay otros tipos de formaciones de menor duración y con una visión más práctica (aunque tengan un temario más reducido) que pueden ser mucho más adecuados para una persona en particular. Dale una oportunidad a formaciones que no son la súper carrera universitaria pero que sí pueden ser muy eficaces.
8. No puedes tenerlo todo claro a la primera. En la vida elegimos caminos que se agotan o que no llevan a ninguna parte, pero es importante recorrer alguno, probar y darse oportunidades. Pruébate.
9. La vida del estudiante es fácil, lo duro es trabajar. Recuerda esto cuando te quejes por asistir a una clase o tener que estudiar en una biblioteca, vendrán responsabilidades peores.
10. La trayectoria profesional de cualquier persona es larga, incierta y está sometida a muchas variables. Cada una de nuestras decisiones influye en esa trayectoria pero no te obsesiones con que cada paso que des será determinante. Antes o después los caminos tienden a encontrar su propia manera de enderezarse.
Clara (31) Diseñadora visual
Yo estudié Comunicación Audiovisual y acabé hace 10 años.
Si pudiera volver atrás, me diría que el valor de la formación no está tanto en el título en sí como en las personas con las que entras en contacto gracias a ella y, por tanto, en las ideas y proyectos que surgen desde ahí.
Lo digo porque siempre he tenido aversión a las formaciones que solo buscan conseguir dinero y porque no me gusta la titulitis, pero sí creo que es importante entrar en contacto con personas que se muevan en el mundillo en el que quieres meterte.
Por otro lado me diría que me permitiera explorar y equivocarme, que esa es una fase necesaria. Así no me rayaría tanto pensando en si estoy tomando el camino correcto o no. En mi época de estudiante no me lo permitía para nada.
Por tanto, me diría que a explorar y a gastarme algo de dinero en formarme durante y después de la uni, en lugar de querer ser autodidacta y obsesionarme con encontrar trabajo ya.
Ah, también me diría a mí misma: criaturita, ve a terapia antes, en cuanto tengas algo de pasta. Permítete el tiempo y el espacio para conocerte mejor a ti misma, eso vale más que cualquier viaje a Tailandia. Me diría que esa sensación de extravío que sientes no tiene que ser para toda la vida.
Adriana (28) Psicóloga
Estudié el grado de Psicología y después el máster habilitador, para poder trabajar como profesional sanitaria. Ya han pasado 7 años desde que acabé el grado.
Pensándolo ahora, me hubiera resultado útil tener presente una visión más amplia de la psicología. Siento que desde la universidad solo te transmiten un modo de trabajo terapéutico, lo cual reduce mucho el marco profesional y cuando comienzas a tener las primeras experiencias laborales descubres que hay mucho más. Entonces debes seguir encontrando la orientación que más te cuadre, es decir, formación continua y constante.
Si visualizo a la estudiante que fui, le diría que cambiara de carrera o, al menos, que se lo pensara mejor. Creo que es importante repensar la elección de los estudios, en este caso explicando el esfuerzo personal, profesional y económico que supondrá realmente desarrollar de manera correcta la profesión de psicóloga clínica.
Chema (40) Arquitecto
Acabé Arquitectura hace 16 años. Aunque algún profesor lo mencionó de pasada, creo que me hubiera gustado saber más, que me guiasen mejor en el momento de elegir, explicándome que la visión típica del arquitecto que tiene su estudio y se dedica a construir casas no es, ni de lejos, lo habitual.
Por suerte, la realidad es mucho más diversa y quizá eso deberían tenerlo en cuenta a la hora de formarnos, para poder afrontar desde el principio las muchas facetas del arquitecto.
En las carreras, al menos en esta, todo parece encaminado al papel prefijado de esa profesión cuando la realidad es mucho más variopinta. Creo que casi nadie de mi círculo de la universidad ha mantenido la supuesta «trayectoria prefijada» cuando le entregaron el título.
Además, pienso que la universidad -que presuntamente te tiene que abrir la mente hacia muchas direcciones- en mi caso estaba más preparada como una cadena de montaje en serie. Y eso después puede llevar a frustraciones. No es que fuera mi caso, estoy contento con cómo me ha ido, pero me parece un mal planteamiento que puede afectar a muchas personas.
Ángela (43) Directora de revista
Acabé Periodismo hace casi 20 años. Cuando entré en la facultad no tenía ni idea de dónde me había metido. Dudo que con 18 años haya mucha gente capaz de definir con certeza lo que quiere hacer con su vida y sepa lo que implican ciertas profesiones.
Creo que las carreras universitarias te estructuran la mente. Yo disfruté la mía, pero me habría resultado útil que me explicaran un poco más cómo funciona la vida real, así de sencillo. Las cuentas del banco, la diferencia entre lo público y lo privado, las dinámicas del mercado laboral… Yo no era consciente del valor del dinero, ni de que antes de elegir la profesión tienes que elegir el tipo de vida que quieres llevar, más allá de la tarea a realizar. Es decir, tendrías que pensar en qué te interesa: ¿ascender?, ¿ganar mucho dinero?, ¿vivir con tranquilidad y no trabajar mucho?
Quizá yo estoy mediatizada por el periodismo, que hoy en día es una profesión, en general, mal pagada, muy precarizada, muy poco valorada… Por eso alguien que se plantea estudiar esa carrera, o que está en ello ahora, que no piense que se va a forrar, ni que va a salir en la tele: en la tele salen cinco, contados con los dedos de una mano.
Si no hubiera hecho Periodismo creo que habría estudiado antropología, traducción e interpretación o diseño. De hecho, a veces pienso que eso es lo que tendría que haber estudiado en realidad.
Lucas (40) Profesor de universidad
Acabé Matemáticas hace 14 años. Mirando las cosas con esa perspectiva, me diría que eligiese la carrera teniendo en cuenta lo que me gustaba, no solo en función de lo que se me daba bien y de la opinión de los adultos de mi familia. Me diría que es importante también disfrutar y que te guste lo que estudias. No me diría que no estudiase Matemáticas, pero sí que tuviese en cuenta esto.
Con la vocación docente que siempre he tenido, ahora veo que debería haber aprovechado más las asignaturas de didáctica que había en la carrera (aunque fuesen muy pocas) y me recomendaría realizar las prácticas externas como docente en un colegio o instituto, cosa que no hice.
También me diría que no me castigase si me retrasaba en mis estudios o no me daba tiempo a estudiar todo. Matemáticas es una carrera muy dura, por eso me diría que no pasa nada por, en determinados momentos, no tener fuerzas para estudiar por diversos motivos, que ya me sacaría la asignatura en otro momento. Nunca, a lo largo de mi trayectoria profesional, nadie me ha preguntado cuánto tardé en sacarme la carrera… Así que me diría eso, que me relajase en ese sentido.
También me recomendaría investigar más las posibilidades que ofrecía la época de estudiante: asociaciones, deportes, grupos de estudio, becas, viajes… Ahora sé por mi trabajo que hay muchas posibilidades para aprovechar al máximo la vida en la universidad con las que yo, como estudiante, no conté.
Alfredo (37) Psicólogo
Acabé la carrera de Psicología hace ya 14 años. No es fácil mirar atrás y sacar conclusiones y menos cuando es sobre uno mismo: o puede la nostalgia o puede la auto-complacencia.
Desde el día uno tuve la sensación de que había elegido con muy poca información, llevado por una idea muy fantasiosa e incompleta de lo que iban a ser esos cinco años y el trabajo posterior.
Aunque ha habido épocas muy malas, actualmente no me va mal, de hecho puedo decir que “vivo de esto”, como los artistas. Incluso a veces pienso que tengo el trabajo más bonito del mundo. Aun así, durante estos años muchas veces he tenido enormes dudas sobre si volvería a elegir esta profesión y pienso que, de haber sabido cómo iba a ser y de haber tenido la oportunidad de contemplar otras opciones, muy probablemente hubiera hecho alguna otra carrera (¿Derecho? ¿Historia? ¿Filosofía? ¿Clásicas?).
Quién sabe qué vida habría tenido entonces. Lo que sí sé es que, cuando elegí, era demasiado inmaduro y barajé demasiadas pocas opciones como para tomar una buena decisión.
Creo que mi paso por la universidad tuvo muchas cosas buenas e inspiradoras y me permitió conocer gente a la que quiero y que aún sigue en mi vida. Sin embargo, en conjunto, me pareció una experiencia un poco decepcionante o, al menos, yo no supe aprovechar o ver todo lo que me podía ofrecer.
En cualquier caso, si volviera atrás y solo pudiera decirme una cosa, me diría: “Haz muchas amistades, fomenta la pandilla, salid mucho, divertíos mucho, mezclaos con vuestros respectivos grupos de amigos, viajad juntos, investigad juntos sobre cosas de la carrera, aprovechaos de la experiencia y la sabiduría de los mejores profesores y no tengáis mucha prisa, no tenéis ni idea de lo que se os viene a continuación”.
Jaime (31) Periodista en una agencia de comunicación
Acabé Comunicación Audiovisual hace ahora 10 años.
Observándome desde el punto en el que estoy ahora, una de las cosas que me recomendaría es que aproveche más cualquier oportunidad que surja para aprender. Con 18 años no sabes cuál puede ser la realidad que te espera una vez que finalices tus estudios y eso hace que los objetivos que te planteas a esa edad no puedan ser tan concretos y estén un poco dulcificados por anhelos, deseos y esperanzas.
Con el paso de los años aprendes a valorar más todas las oportunidades que pueden surgir y que te ayudan a ser mejor profesional.
Creo que durante esos años hubiera sido útil tener más contacto con el mundo laboral, mayores pautas y guías. En definitiva, saber cómo funciona el mundo empresarial y de qué manera puedes proyectarte para entrar en él.
Diego (27) Social media manager en una marca de moda sostenible
Con 18 años saqué matrícula de honor en bachillerato y pude elegir lo que quise, porque me salía gratis. En aquel momento estaban muy de moda los dobles grados y yo me metí en ADE con Publicidad, pero no me llenó, así que acabé haciendo Comercio porque tenía un mix de todo.
Luego terminé y empecé a trabajar, aunque hice un MBA especializado en dirección de empresas de moda. Pero el mundo digital me llamaba, así que acabé haciendo un postgrado en marketing digital y community management. También me entró la vena psicológica, así que rematé con un último postgrado en coaching, inteligencia emocional y dirección de recursos humanos. Eso quiere decir que, entre unas cosas y otras, he acabado completando mis estudios durante la pandemia.
Viéndolo todo en conjunto, tendría en cuenta unas cuantas cosas. Para empezar, me dijeran lo que me dijeran, me diría que tenía que haber hecho un grado superior. Socialmente se consideraba como de menor categoría que una carrera, pero mi conclusión es que la chapa de la carrera es muy innecesaria a veces. Al no ir a la uni la gente te ve por debajo, pero los conocimientos prácticos del grado los considero muy superiores a los de la uni.
Por otro lado, pienso que la carrera en sí misma no te va a servir de nada, solo para poner el título en tu CV. Al final en un trabajo te van a coger por tu experiencia, así que focalízate en hacer mil prácticas aprovechando el convenio. Y, desde luego, me miro a mí mismo en la facultad y me digo: “Cari, te quejabas por estudiar diez días al semestre y hacer cuatro trabajos tontos en grupo yendo cinco horas a la uni, que sepas que trabajar es otro rollo, ¿por qué no lo has disfrutado más?”.
Escuchando esta diversidad de voces queda claro que los 18 no son una edad fácil y tampoco la más conveniente para encauzar tu carrera profesional. Ninguna edad lo es. Lo importante es que cuentes con las condiciones necesarias para tomar la decisión que creas que es mejor para ti en este momento. También para enfocar tus estudios y los inicios de tu carrera si es que ya estás en ello.
Un psicólogo puede ayudarte, paso a paso, sin juzgarte y sin decirte lo que te conviene, a optar por un camino o por otro o a sacarle el mayor partido al camino que ya has iniciado. Contacta hoy mismo con nosotros para empezar a crear ese futuro a tu manera.