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ToggleSi un reto tiene por delante el ser humano a nivel psicológico es el de convivir con la ansiedad ante la incertidumbre. Y si hay algo que genera incertidumbre en nuestras vidas y, por tanto, ansiedad, son las crisis de todo tipo: los grandes cambios vitales, la convulsiones históricas, políticas y humanitarias, todo aquello que interrumpe la estabilidad en nuestra cotidianidad y amenaza con destruir nuestro estilo de vida más o menos cómodo, tal y como lo hemos conocido. En este post te hablamos sobre qué características deberíamos entrenar para poder manejarnos ante las crisis compartidas que, contra nuestra voluntad, nos toca vivir.
Ansiedad ante la incertidumbre
Como ya nos sucedió durante la pandemia, ahora volvemos a tener por delante una época de duración indefinida que va a estar caracterizada por incomodidades, pérdidas y carencias de diferente tipo. Algunas sucederán de verdad, otras solo sucederán en nuestra imaginación miedosa recalentada por una información plagada de malas noticias.
Eso no quiere decir que debamos ser catastrofistas, es decir, que tengamos que sumirnos en la desesperanza de sentir que todo va a ser terrible. Al fin y al cabo, el principio de incertidumbre que ahora lo rige todo opera lo mismo para lo positivo que para lo negativo: igual que no sabemos cómo de mala va a ser esta época en la que nos han metido, no sabemos qué otras consecuencias no tan negativas puede llegar a traernos.
No obstante, las dificultades ya han empezado a aparecer, también en un entorno laboral cuya naturaleza es tener fobia a lo incierto y aplicar el criterio conservador como forma de adaptarse a su propia ansiedad ante la incertidumbre. Se dice que el dinero es miedoso y, por tanto, también lo es el emprendimiento: ¿es justo ahora el mejor momento para cambiar de trabajo, de mudarnos a una oficina más grande, de ampliar la plantilla, de abrir un nuevo mercado?
Por tanto, es imprescindible que, para sobrellevar lo mejor posible aquello que haya de venir, pongamos en marcha fuera y dentro del trabajo todos los recursos personales de los que seamos capaces. También que los responsables de los Recursos Humanos sean conscientes de que, en épocas como la actual, es más necesario que nunca generar seguridad, compromiso y previsibilidad en los equipos que tienen a su cargo. Para ello pueden contar con nuestro programa de bienestar emocional para empresas, especialmente diseñado para ayudarles.
Cómo lo hacen quienes se adaptan a las crisis
Para hacernos una idea de qué características pueden ayudarnos a manejar nuestra ansiedad ante la incertidumbre social, política, laboral, personal, hemos construido un retrato robot de lo que podríamos llamar un superviviente modelo de la crisis en la que estamos metiéndonos.
No es nada científico, sino algo más bien intuitivo. No puede corresponder a alguien real, porque nadie es perfecto y es muy difícil reunir todas las cualidades que vamos a enumerar aquí o, al menos, hacerlo durante demasiado tiempo y asegurar por tanto que, si ellas funcionan, todo funcionará. Además, no sería justo pretender que la gente sea lúcida, madura y optimista cuando su situación es realmente precaria y está llena de estresores a los que la mayoría de nosotros nos costaría muchísimos sobreponernos por mucho que nos lo propusiéramos.
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Lo que pretendemos es, simplemente, describir a esa persona ideal en la que nos gustaría convertirnos ahora que una sensación de amenaza generalizada se vuelve a apoderar de nuestro día a día. Se trata de detectar qué características van a facilitar que algunas personas sobrelleven mejor su situación siempre y cuando no tengan circunstancias de gravedad que hagan imposible poner en marcha estos recursos.
¿Cuáles son esas características que mitigan la ansiedad ante la incertidumbre?
1. Alta tolerancia a la incertidumbre
Es lo que llamamos en psicología personas con un bajo nivel de neuroticismo. Estas personas asumen con facilidad que las cosas requieren tiempo hasta ser conocidas y tiempo hasta ser comprendidas y que esos tiempos no tienen ni por qué ser breves ni por qué ser el mismo tiempo.
2. Buena capacidad para demorar las recompensas
Y ajustarse a ritmos ajenos con mínimo desgaste. Es decir, personas pacientes, capaces de proyectarse hacia el futuro, esperar y poder renunciar a recompensas presentes ante la perspectiva de mejores recompensas en el futuro. También son personas con buena capacidad para deleitarse en valores abstractos y no solo en bienes concretos (tangibles).
3. Facilidad para cooperar
Quienes tienen mayor facilidad para mitigar su ansiedad ante la incertidumbre se orientan, por un lado, hacia el bien común: lo entienden como fuente de bien individual, aunque se demore en llegar. Saben sacrificarse si ven que renunciar a algo es un ejercicio fértil tanto para ellos como para el grupo.
Por otro lado, orientan el bien individual hacia el bien común, es decir, comparten lo bueno que tienen sin reservárselo solo para ellos porque entienden que en otras ocasiones ellos se han beneficiado de lo que tenían otros y consideran esta dinámica como positiva.
4. Visión panorámica y ecuánime de la realidad
No se trata de ser optimistas o pesimistas. La ansiedad ante la incertidumbre requiere ver el conjunto ajustando correctamente el nivel de importancia que tienen las cosas, sin juzgar lo que ocurre en términos de “todo irá bien” o “qué desastre”. Quienes funcionan así no ven la botella medio llena o medio vacía: ven lo que hay dentro de la botella. Si la situación es dura saben que toca estar mal pero si la situación no es muy mala, intentan estar bien. Saben extraer satisfacciones y aprendizajes aun en la adversidad pero no necesitan negar la adversidad ni cuando es leve ni cuando es grave para poder sentirse a gusto. Captan los matices.
5. Inteligencia, percepción e intuición
Incluso aunque no haya una empatía completa, es importante saber ponerse en el lugar del otro y observar la realidad desde perspectivas ajenas. No siempre podemos responder a las necesidades que detectamos en otros, pero el solo hecho de detectarlas permite no juzgarles injustamente y entender mejor lo que ocurre alrededor. Esto disminuye ciertas sorpresas desagradables en el futuro, o decepciones.
6. Curiosidad y alto nivel de apertura a la experiencia
Al igual que el neuroticismo, la apertura a la experiencia es uno de los principales rasgos de personalidad. Quienes lo tienen poseen una buena capacidad para el entretenimiento constructivo y no lo basan solo en el contacto social inmediato ni en la estimulación audiovisual. Encuentran disfrute en la lectura de contenidos diversos y se abren a diferentes formas de creatividad, así como a la actividad física, entre otras posibles actividades que ayudan a manejar la ansiedad ante la incertidumbre.
7. Red social positiva, no deprimente
Dedican tiempo a personas positivas y alegres, que les permiten evadirse de su propia realidad y con las que prevalecen dinámicas de cuidado mutuo e intercambio de mensajes constructivos por encima de la queja o el parasitismo destructivo.
8. Alta capacidad crítica y analítica
Quienes saben mitigar su ansiedad ante la incertidumbre manifiestan un desarrollado sentido crítico y buena capacidad para seleccionar fuentes de información y comunicación adecuadas y suficientes. Son personas asertivas, saben no sobreexigirse a sí mismas y frenan la influencia externa que les resulta excesiva o tóxica. Miden sus fuerzas y no necesitan agredir para defenderse. Saben inhibirse cuando consideran que una aportación suya no sería una aportación útil.
9. Orientación al presente
Estas personas están orientadas de manera principal (aunque no única) hacia el presente, ya que entienden que en épocas de crisis el futuro es mucho más incierto de lo que ya es por su propia naturaleza. No actúan bajo la premisa de que las cosas irán bien, sino con la confianza de que pueden ir bien. Están poco orientadas hacia el pasado. Intentan cultivar un talante donde predomina la esperanza realista sobre la melancolía.
10. Capacidad para la conformidad, no para el conformismo
Por último, hay que fijarse en los individuos que son buen conformar, capaces de extraer satisfacción y provecho de lo poco. Elogian la sencillez y saben distinguirla de la escasez. Diferencian adecuadamente lo que hay que pedir de lo que hay que exigir y saben hacerlo en términos de respeto y justicia. No piden imposibles y hacen exigencias rigurosas y oportunas.
Programa de bienestar mental para empresas
En ifeel nos esforzamos cada día para que el trabajo no perjudique la salud de las personas. Para ello, nuestro equipo de psicólogos expertos en bienestar laboral ha diseñado un programa de bienestar emocional para empresas orientado a potenciar la retención del talento, reducir el absentismo laboral y disminuir el estrés de los trabajadores.
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Esperamos que este post sobre la ansiedad ante la incertidumbre te haya resultado interesante, y te invitamos a leer sobre la eficacia probada que tienen nuestras Rutas Terapéuticas para el tratamiento de la ansiedad. Si quieres más información sobre nuestro programa de bienestar mental para empresas, solo tienes que solicitarla y nos pondremos en contacto con tu equipo lo antes posible.