Cuando realizamos un tratamiento de reproducción asistida el momento de la prueba de la beta es uno de los más esperados. Como sabes, la beta es el análisis de los niveles de hormona beta-hGC en sangre que produce el embrión. La aparición de esta hormona en sangre es la señal de que el embrión ha implantado en el útero de la madre.
Así que el momento de la prueba de la beta es de los más esperados de todo el proceso pero también, en la misma medida, es de los más temidos. Además, ¿qué pasa si el resultado es positivo pero cuantitativamente bajo?
Si has recibido esta noticia, tenemos algunas ideas para ayudarte en este momento.
El resultado del tratamiento
Superada la betaespera, vamos a la clínica cargados de emociones para dar el último paso en nuestro tratamiento de reproducción: la beta.
No hay ninguna receta mágica para hacer desaparecer la incertidumbre entre las horas que pasan desde que realizamos el análisis de sangre hasta que nos informan de los resultados. Sin embargo, es importante planificar con antelación qué haremos ese día independientemente del resultado que obtengamos. Por ejemplo, conviene que estés acompañada cuando recibas la esperada llamada.
Llegado el momento, podemos recibir un resultado difícil de interpretar: “Estás embarazada pero la beta es baja”. ¿Qué significa esto embarazo con una beta baja? En este artículo no hablaremos de datos, ya que el significado de una beta baja depende del profesional que la interprete. En cualquier caso, se espera que el valor aumente exponencialmente desde que se produce la implantación. Por esto, los ginecólogos suelen indicar la repetición de la prueba unos días después para ver si resulta en un embarazo evolutivo, es decir, un embarazo que sigue adelante.
Afrontar una beta baja en el embarazo
Si el resultado que recibes indica una beta baja, es completamente normal que vivas unos días bastante difíciles. Tienes tan cerca tu objetivo que la idea de quedarte con la miel en los labios te resulta increíble.
Date tiempo para asimilar la noticia, ten en cuenta la información que te haya dado tu ginecólogo y sigue sus recomendaciones. La beta, aunque baja, ha sido positiva y hasta que os informen de los contrario, es justo albergar la esperanza de que vuestro embarazo seguirá adelante.
No se trata de crear falsas expectativas, sino de centrarse en el presente. Seamos realistas, los casos en los que se confirma el embarazo en sucesivas pruebas pueden ser excepcionales pero existen.
Gestionar la frustración
Las recomendaciones para el cuidado emocional en este caso son parecidas a las de la betaespera ya que seguimos sin tener una confirmación del resultado de nuestro tratamiento.
Puede que hayáis llegado hasta aquí emocional y físicamente cansados, así que es importante cuidarse más que nunca. Un resumen de lo que sí está en nuestra mano es preguntar cualquier duda a vuestro médico, practicar alguna técnica de relajación que pueda ayudaros a despejar la mente cuando sentís que os desbordáis, seguir una alimentación sana, intentar dormir bien y compartir entre vosotros o con una persona de confianza vuestras preocupaciones y sentimientos.
Si vuestros familiares y amigos estaban al corriente de vuestra cita para la beta y no te sientes preparada para hablar de ello, no estás obligada a hacerlo. Puedes indicarles que estáis a la espera de repetir la prueba y que cuando haya algo de lo que informar se lo comunicarás, que agradeces mucho que estén ahí para ti pero que, mientras llega el resultado, preferís estar tranquilos.
Si finalmente el resultado es negativo
Si en los sucesivos análisis se confirma que no se ha producido el embarazo, se iniciará un proceso de duelo. Desde su diagnóstico hasta su tratamiento, la infertilidad se caracteriza por la vivencia de diversas pérdidas. En este caso, se inicia un duelo por la pérdida del embarazo esperado y es normal experimentar sentimientos de dolor emocional, shock, negación…
Es un momento muy difícil, así que permítete sentir estas emociones aunque sean dolorosas y busca apoyo a tu alrededor. Estas emociones te acompañarán durante un tiempo, que puede ir de semanas a meses. Por esta razón, es importante que antes de comenzar un nuevo tratamiento te hayas dado el tiempo suficiente para asimilar lo sucedido y que tus emociones no te resulten paralizadoras.
Desde ifeel deseamos que este post te dé fuerza para afrontar estos momentos de incertidumbre.