Todos queremos mejorar, alcanzar nuestro potencial, ese “yo ideal” del que alguna vez hemos hablado en este blog. Es un buen objetivo y esa inquietud, ese deseo por movernos hacia adelante para mejorar lo presente, está en nuestro ADN.
No podemos olvidar que la mejora es un cambio, y que los cambios, aunque a veces pueden darse súbitamente, a menudo forman parte de un proceso. De hecho, son tanto el proceso como su resultado. Es lo que sucede con los cambios personales más profundos que experimentamos a lo largo de nuestra vida y que dan lugar a nuestro desarrollo, a ofrecer a los demás y a nosotros mismos nuestra mejor versión.
Por eso, aunque de repente podamos tener una idea que transforma nuestra manera de pensar o puede sucedernos algo que, de un día para otro, transforme nuestros hábitos, cuanto más profundo es un cambio más complejo es: necesita más tiempo para amasarse, para convertirse en pasos concretos que den lugar a ese camino de mejora. El desarrollo personal necesita tiempo para enraizarse con solidez y ramificarse en toda su diversidad.
¿Estás notando en tu interior que necesitas un cambio? ¿Te da la impresión de que hay ciertas áreas de tu personalidad o de tu vida en general que necesitan una revisión, una mejora? Sobre todo no te impacientes. La “mala” noticia es que desarrollarnos en dirección a nuestra versión más genial es una tarea para toda la vida, pero eso también es una buena noticia: no te agobies por conseguirlo mañana, tienes toda tu vida para seguir mejorando.
- Tómate un buen rato para pensar qué tipo de cambio quieres, para qué, qué es todo eso que falla en tu vida o que puedes pulir, retocar, mejorar… Coge lápiz y papel y escríbelo, dibújalo, báilalo. Cualquier expresión que te ayude a clarificar y concretar tu proyecto es bienvenida.
- Concretarlo será un proceso en sí mismo pero es necesario. No se llega a ninguna parte solo soñando nuestro mejor yo o proyectándolo en nuestra cabeza, hay que definirlo como si quisiéramos hacerlo visible. El paso siguiente será tomar decisiones que pongan en práctica tus deseos. Tener más o menos claro para qué quieres cambiar te ayudará con esto. Coge tus apuntes, tus dibujos o tus bailes e incluye en ellos las cosas de la vida que son importantes para ti, todo lo que tiene un gran valor. Si no sabes lo que te importa es probable que te pierdas por el camino.
- Habla con gente, ve películas, escucha canciones, trabaja tu creatividad. No importa si te parece que te desvías de tus objetivos. Vas a conseguir que te lleguen buenas ideas y, seguramente, te lo vas a pasar muy bien. No vayas de genio solitario: permite que los demás te inspiren y te ayuden si es necesario.
- Déjate sorprender. Cuando iniciamos un proceso de desarrollo personal del tipo que sea, es decir, de cambio, solo podemos estar seguros del lugar del que partimos pero ninguno de los resultados está escrito ni cerrado en ningún contrato. Recuerda: una tarea para toda la vida.