Seguro que alguna vez te has preguntado para qué sirven los libros de autoayuda. En general, la literatura sirve para muchas cosas. Una de las más importantes es el entretenimiento. Otra, la búsqueda de respuestas sobre cómo podemos encontrarnos mejor, también a nivel psicológico.
Obviamente, no todos los libros de autoayuda sirven para cualquier cosa ni mucho menos para hacer milagros. Por eso, como lectores debemos ser realistas y saber que los contenidos de este tipo que tenemos a nuestro alcance no siempre son adecuados para, por ejemplo, ayudarnos en un momento de ansiedad.
¿Qué lectura sí sería recomendable?
Toda aquella que informe adecuadamente sobre qué es la ansiedad o que, por su contenido y por su estilo, nos calme y nos ayude a desviar el foco desde nuestra angustia hacia temas más agradables. También una lectura que nos inspire y nos permita conectar no solo con nuestras preocupaciones sino también con lo que ocurre alrededor, de una manera equilibrada, realista, placentera y sosegada.
Este tipo de contenidos puede constituir, en principio, una buena lectura en un momento de angustia, elevada activación fisiológica o inquietud intensa.
¿Los libros de autoayuda sirven para mejorar la autoestima?
Muchas personas se preguntan qué libros deberían leer para tener una autoestima más robusta. Acuden a la sección de “Autoayuda” de su librería de referencia y se encuentran un despliegue de obras que les prometen el secreto de una mejor relación consigo mismas a través de sus páginas.
Sin embargo, es importante dejar claro que, para mejorar la autoestima como tal, en serio, a un nivel profundo, no hay ningún libro en concreto que se deba leer, al menos en la sección que hemos mencionado, porque ninguno tiene esa capacidad.
La autoestima no mejora por leer un libro, por muy bueno que sea. Un libro nos puede inspirar y aportar puntos de vista que no habíamos contemplado. Nos puede aportar algunas claves importantes, pero hace falta algo más que una lectura para mejorar -de verdad- una autoestima dañada. ¿Por ejemplo? Por ejemplo, además de leer buenos libros, hacer terapia con un psicólogo profesional es un comienzo mucho más que prometedor.
Literatura para autoayudarse
El término “autoayuda” está bastante manoseado y, con el tiempo y la proliferación de libros de poca calidad, ha pervertido su sentido original y ha generado mucha confusión sobre la verdadera utilidad de los libros de autoayuda.
En teoría, esta etiequeta hace referencia a la posibilidad de que el lector se ayude a sí mismo siguiendo la guía contenida en el libro, como si este fuera una receta sintetizada por el mejor alquimista de la salud mental para solucionar los problemas psicológicos.
Algo de esto hay pero, en realidad, solo cuando hablamos de temas superficiales y de poca importancia. Sin embargo, no es aplicable a un verdadero y revolucionario cambio personal: los libros de autoayuda no sirven como sustituto de una terapia. Como indicábamos anteriormente, un libro nos puede poner en la línea de salida, nos puede dar un par de buenas claves, nos puede aportar una idea que, a su vez, nos mueva a hacer algo de verdadero valor pero, por sí mismo, no puede ser suficiente para sanar o crecer verdaderamente.
¿Cómo saber qué “literatura psicológica” es buena?
En las librerías encontramos mucho material del subgénero literario -normalmente de poca calidad y rigor- que conocemos como “autoayuda”. También está la literatura divulgativa sobre psicología seria, esa que no está encaminada directamente a que el lector se ahorre la terapia leyendo un libro: pretender ese ahorro es un esfuerzo inútil, aunque muy rentable para el autor en muchos casos. Hablamos, por tanto, de los libros orientados a profundizar en un tema concreto que pueda resultar de interés al gran público con inquietudes sobre el psiquismo humano.
Hay que alertar tantas veces como sea necesario que en esta materia predomina un intrusismo feroz. Gurús, paraprofesionales de diferentes disciplinas, charlatanes de variados orígenes y famosos que han hecho un “cursillo” sobre algo y quieren compartir generosamente su iluminación con el mundo, entre otros personajes. Todo este universo hace que haya que tener cuidado con la autoayuda. Confunden al público, haciéndole creer que cualquier libro de la llamada autoayuda le puede servir para salvarse de su malestar. Mientras tanto, lo alejan de los contenidos de verdadero interés.
Cervantes decía que no hay libro que no contenga algo bueno, así que incluso la falsa literatura sobre verdadero bienestar puede tener un cierto interés. Pero si hay que elegir, mejor elijamos calidad y rigor profesional.
En definitiva y dado que no podemos leerlo todo, puestos a leer y puestos a seleccionar bien lo que leemos lo recomendable es que la gente lea libros escritos por auténticos profesionales de la salud mental. ¿Cuáles? concretamente psicólogos y psiquiatras con amplia experiencia en psicoterapia.
Luego ya, dentro de los libros escritos por ellos, conviene desconfiar de todo libro cuyo título esconda una receta o promesa demasiado cerrada y, valga la redundancia, prometedora. Normalmente este tipo de obras trata sobre cómo encontrar la felicidad y el bienestar: es el tema estrella, porque es el que más preocupa a la población general… o el que el mercado ha procurado que sea el que más le preocupe.
No obstante, es legítimo que, por cuestiones comerciales, los títulos tengan un cierto estilo y que se empleen algunas fórmulas “fáciles” para llamar la atención. Lo importante es que el contenido de la obra sea correcto y no genere falsas expectativas en el lector ni se limite a deslumbrarle con un lenguaje hueco aunque de apariencia vistosa.
En cualquier caso, si lo tuyo no es leer o la lectura se te queda corta, entonces quizá ha llegado el momento de pasar a la acción. Eso pasa por dejar de a un lado la cuestión de para qué sirven los libros de autoayuda y ayudarte a ti mismo/a de una manera mucho más potente.
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