Celos ante un nuevo hermano: 6 claves para evitar que aparezcan

El nacimiento de un hermano o hermana, normalmente asociado a la aparición de los conocidos celos, se considera un suceso vital estresante porque provoca un desasosiego para el niño, además de una pérdida en la cantidad de afecto y atención recibidos hasta el momento. Puede implicar, incluso, desesperanza o indefensión debido a que no sabe bien qué va a pasar. Por eso es muy importante cuidar al niño e informarle de los cambios que están a punto de ocurrir.

La llegada de un nuevo miembro a la familia es un momento feliz y como tal se debe de tratar. Sin embargo, también se considera un motivo de preocupación más para los padres, pues implica que el hijo o hija que ya tenían deja de ser el único centro de atención. Los padres pueden sentirse culpables al pensar que no están haciendo caso a su hijo o que le están dejando de lado. Por ello es fundamental mantener la calma. Saber transmitirle a un hijo con afecto y seguridad la llegada de un nuevo hermano no es una tarea fácil para los padres, pero más adelante indicaremos unas pautas para que podáis hacerlo.

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Los celos pueden ser una emoción normal asociada al crecimiento o una manifestación patológica si se dan ciertas circunstancias. El hermano o hermana mayor se siente “destronado” porque ahora tiene que compartir el cariño y la atención de sus padres. Compite  por ello con el recién nacido y esto puede despertar sus celos.

En realidad, el hijo mayor reaccionará según cómo lo hayan enfocado los padres y cómo estos vivan la experiencia. Si lo enfocan con alegría y tranquilidad haciendo partícipe al niño de la llegada de su nuevo hermano, el niño probablemente se adaptará mejor. Por eso, lo mejor es decírselo con naturalidad ensalzando los aspectos positivos de lo que ocurre para que él o ella perciba la alegría tanto en las palabras de los padres como en sus rostros.

Aun así es probable que el niño o niña que ha perdido “su trono” presente celos del hermano pequeño, como una reacción natural que forma parte de su desarrollo y porque ha habido una ruptura con la realidad familiar que conocía hasta ahora. Antes vivía en un universo del que se sentía el centro y a su alrededor estaban sus padres. Ahora será uno más, no el único, de manera que tendrá que competir con su hermano o hermana por el amor de sus padres. Ante esto, es normal que aparezca un sentimiento de tristeza o rabia asociada al fin de su situación de “privilegio”.

Los celos se manifestarán de forma distinta según la edad del niño. En niños y niñas de corta edad es normal que ocurra una regresión hacia etapas anteriores y que pierdan habilidades que ya habían adquirido, como hacerse pis en la cama o chuparse el dedo cuando ya no hacían ninguna de estas cosas.

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En niños más mayores puede aparecer un comportamiento desobediente o negativista, mostrando agresividad ante objetos o animales de forma  injustificada. También pueden darse alteraciones en los patrones de conducta alimentaria, como menos apetito o un apetito más selectivo, alteraciones en el sueño (insomnio, despertarse por la noche, dormir con los padres…), cambios de humor, tristeza, llanto, expresiones verbales que hacen referencia a que ya no le quieren, etc. Es su manera de llamar la atención y lo hará de un modo constante hasta que consiga lo que quiere. Antes de que estas reacciones evolucionen de forma negativa es aconsejable recibir atención psicológica, ya que, llegado un cierto punto pueden afectar al rendimiento escolar y a la autoestima.

¿Cómo mostrar a tu hijo que la llegada de un nuevo miembro a la familia no tiene por qué ser algo malo o negativo, sino todo lo contrario?

Debéis transmitirle, mediante vuestras palabras y vuestros actos como padres, que habrá una nueva persona con quien jugar, compartir, reírse y divertirse pero que vuestro amor no se divide, pues va hacia los dos. Que el niño o niña se dé cuenta de que, efectivamente, sigue formando parte de la familia.

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Evitar o calmar los celos infantiles

  • Lo primero de todo es preparar al niño ante la llegada del nuevo hermano explicándoselo según su edad y su madurez y haciendo hincapié en los aspectos positivos.
  • Hablarle con cariño, desde la cercanía, durante el embarazo tras el que llegará el nuevo hermano. Que toque la tripa, que tenga confianza para preguntar qué pasará, cómo será ese niño o niña…
  • Cuidar el primer encuentro del niño con el bebé: estar pendiente de él, hacer que se sienta importante, no dejarle de lado…
  • Involucrarle en las tareas de cuidado del bebé, colaborando y sintiéndose como alguien importante dentro del núcleo familiar.
  • Dedicarle tiempo al hermano mayor a solas e intentar mantener sus rutinas.
  • En los juegos, compartir con ambos niños realizando actividades en las que participen los dos.

 

Para terminar, es importante recordar que la llegada de un nuevo niño es un paso más en la familia, respecto al cual hay que saber integrar a todos los miembros y que estos se sientan a gusto. Es normal que no sepas qué hacer o dudes sobre si lo estás haciendo bien o mal, pero debes confiar en tus capacidades y observar lo que ocurre a tu alrededor. El nacimiento de un hijo siempre es motivo de alegría pero también es causante de estrés. Si te sientes desbordado o desbordada lo mejor es buscar la ayuda de un profesional para que te oriente en esta nueva etapa de tu vida.

 

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