Contenidos
ToggleCuando se intenta describir cómo se sostienen las relaciones de pareja se suele emplear una estructura muy fácil de entender. Una relación de pareja es, básicamente, como una mesa de tres patas: la pasión, la intimidad y el compromiso.
La pasión hace referencia a todo el componente erótico y sexual, muy presente en particular al comienzo de la relación. También resulta tremendamente útil para promover que dos personas quieran conocerse y permanecer juntas más allá de uno o varios encuentros y, por qué no decirlo, que tengan algo de donde tirar una vez que el sexo se haya “suavizado”.
Compartir tiempo de calidad, cuidar la comunicación y tener una vida propia son claves para el bienestar de la relaciónLa intimidad se refiere al conjunto de gustos, aficiones, estilos, anhelos y creencias que compartimos y que nos hacen funcionar de manera cómplice. La intimidad es lo que permite que nos entendamos, nos caigamos bien, sintamos admiración uno por otro y disfrutemos de la mutua compañía.
Por último, el compromiso tiene que ver con el deseo compartido de proyectar eso que tenemos (la relación) hacia el futuro, hacer que esta dure en el tiempo, querer que eso suceda y promoverlo. Entender la pareja como proyecto es, literalmente, experimentarla como algo que va durando.
Si no entendemos el papel que juegan estos tres componentes en una relación de pareja difícilmente vamos a entender esa relación. Sin embargo, existen otros muchos factores que son enormemente relevantes para potenciar el bienestar cotidiano de quienes forman esa relación y, por tanto, potenciar la salud de la misma. Aquí vamos a mencionar algunos de los más importantes:
1.Espacio individual
Compartir tiempo y actividades es fundamental para encontrarse bien dentro de la relación y que esta, estrictamente, exista. No obstante, es importante que cada miembro de la pareja disponga también de espacio sin el otro para poder desarrollar sus propias facetas sin sentir que la otra persona y, por tanto, la relación, le invade. Piénsalo así: es importante tener algo que contar cuando llegues a casa y no puedes tener algo que contar si el otro ya lo ha vivido todo a tu lado.
2.Comunicación eficaz y amable
Comunicarse es algo más que hablar. Es interesarse por el otro, compartir con él nuestras inquietudes, deseos y opiniones y también comunicarle claramente lo que debe saber de nuestra vida -tanto en el sentido biográfico como en el cotidiano- para poder organizarse. Es decir, comunicarse no es solo preguntarse qué tal te ha ido el día, sino permitir que la información importante fluya correctamente entre los dos.
3.Tener confianza
No es posible comunicarse con naturalidad y tener una vida al margen de nuestra pareja si no confiamos en ella o si percibimos que ella no confía en nosotros. No confundas el interesarte por lo que hace tu pareja con entrometerte en su vida pidiendo explicaciones excesivas. Piensa en la confianza a dos niveles. El primero, confiar en tu pareja, quiere decir que cuentas con que cumple con sus responsabilidades sin necesidad de que tú supervises eso. El segundo, tener confianza con tu pareja, se refiere a que podéis comunicaros de manera fluida y cómoda, sin tensiones ni susceptibilidades, con la expectativa de ser entendidos con facilidad. Cuidad ambos niveles.
4.Tiempo de calidad
Igual que nos preocupamos de cuidar el tiempo que pasamos fuera de la pareja también debemos cuidar del tiempo que pasamos en ella. A veces las actividades son más especiales u originales; en otras ocasiones compartimos ratos más domésticos o sencillos. Ambos matices son importantes y el contraste entre ellos es lo que permite disfrutar de los dos. Cuando estéis juntos, estad juntos. Reservad tiempo suficiente para poder sentir la cercanía en la relación pero no estiréis las quedadas innecesariamente: estar cerca no es estar juntos hasta empacharse.
5.Paciencia guerrera
Una vez participé en una despedida de soltera en la que hicimos que la novia pidiera consejo sobre su futura vida marital a varias parejas de edad avanzada que íbamos encontrando por la calle. “Esta chica está a punto de casarse, ¿qué consejo le darían a ella y a su prometido?”. Lo has adivinado: el consejo que más repitieron los veteranos fue “Paciencia”. Si convives con tu pareja debes tenerlo especialmente presente y utilizarla como una auténtica espada para la batalla. No en vano la expresión ya lo indica: debes “armarte” de paciencia.
6.Cuidado y amabilidad
Donde hay confianza da asco y el tiempo va haciendo que se relajen multitud de costumbres que en los comienzos de la relación constituían el auténtico detalle gourmet. Hay una viñeta de la famosa dibujante Maitena en la que una chica piensa, observando cómo su pareja se relaja más de lo deseable: “Añoro el tiempo en el que te sentías incómodo en mi compañía”.
Una cosa es tener confianza en la pareja y otra cosa es tener confianza con la pareja. Ambos niveles deben potenciarseSin llegar a ningún extremo y siempre con confianza y comodidad, no perdáis del todo las formas. Cuidad la ropa que os ponéis para veros y tened la casa arreglada tanto si la compartís como si os visitáis. No hay que regalarse algo cada dos por tres pero sí ayudarse y agradecerse los favores que se hacen, pedirlos por favor y también disculparse cuando se mete la pata.
Estos son solo algunos puntos clave que debes tener en cuenta para cuidar de la salud de tu relación de pareja. Si sientes que tienes dificultades serias con alguno o varios de ellos quizá es el momento de examinar detenidamente qué está ocurriendo junto a un profesional capaz de orientarte. Busca un buen psicólogo para ello y confía en su criterio. Estamos aquí para ayudarte.