¿Sabías que puede usarse el arte como terapia? El arte es un lenguaje universal, es decir, es igual para todo el mundo. Por eso permite a las personas expresar sentimientos y vivencias de una forma que a veces no tiene cabida en las palabras. Gracias a esa universalidad también puede llegar a lugares donde no siempre es posible con la comunicación verbal.
Cuando utilizamos el arte en la terapia no hablamos precisamente de la idea de arte que podemos encontrarnos en los museos: en estos lugares la finalidad del arte tiene que ver más con lo contemplativo que con lo terapéutico.
Sin embargo, aquí nos referimos al arte como un elemento que sirve para facilitar o ampliar la psicoterapia verbal que todos tenemos en mente. De este modo, el arte puede abrir una vía de comunicación y conexión entre el terapeuta y el paciente, que permita acompañar a este en su proceso y ayudarle a conseguir los objetivos marcados en la terapia.
Es decir, al utilizar el arte como herramienta para la terapia nos basamos en una actividad creativa en la que la persona puede utilizar su cuerpo para expresarse y comunicarse mediante diferentes materiales, técnicas y procedimientos.
Para crear no se necesita tener experiencia previa, ni ningún tipo de formación específica. Esto quiere decir que no hace falta saber dibujar, ni realizar imágenes correctas o bonitas. La persona solo necesita su cuerpo, su movimiento y sus recursos personales, que son válidos de por sí.
Desde esta perspectiva se podría considerar que todas las personas somos artistas. Por eso, cuando empleamos el arte como terapia, o como un recurso terapéutico, no importa la “calidad académica” del resultado final de la obra. Por el contrario, lo primordial será la actividad creativa, como motor que nos permite avanzar: el propio proceso de utilizar y experimentar con diferentes lenguajes artísticos. Esa es una experiencia que, sin necesidad de nada más, puede producir crecimiento y cambios en las personas.
¿Por qué resulta tan útil el arte como terapia?
1. Nos permite vivir el presente
Solamente podemos expresarnos en este momento. La acción de crear algo se desarrolla únicamente en el aquí y ahora, y para ello es necesario prestar atención a la experiencia que está sucediendo poniendo todos los sentidos al servicio del proceso creativo.
2. Nos permite proyectar nuestro interior
Como el arte es un medio menos utilizado que el lenguaje oral, también es menos susceptible de ser controlado por la parte más racional y lógica de nuestro cerebro. Además, al no haber una finalidad estética como tal cuando lo empleamos terapéuticamente, se presupone que cada obra está relacionada con el mundo interno del autor, como una proyección de su experiencia que permite integrar el mundo interno con el externo.
3. Nos permite tomar conciencia
Gracias a la creatividad artística podemos traspasar nuestras barreras y llegar a lo más profundo y desconocido de nuestro ser, donde pueden aflorar y hacerse visibles memorias, vivencias, emociones y sensaciones, muchas de ellas no conscientes hasta ese momento. Esto aporta una visión diferente de uno mismo y del mundo que nos rodea, una visión más acorde con nuestras verdaderas necesidades.
4. Nos permite transformar
El proceso creativo suele ser una experiencia gratificante y motivante por sí misma. Quizá ya hayáis comprobado en vuestra experiencia personal que una actividad como dibujar o pintar mandalas, además de evadirnos, entretenernos y divertirnos… también puede hacer que nos liberemos de preocupaciones, tensiones, estrés y que nos sintamos más relajados, pero no solo hace eso… también ayuda a romper nuestros esquemas mentales, a transformarlos. Al fin y al cabo, y en palabras de Charlie Peacock “no sólo se trata la creatividad, sino de la persona en que te conviertes mientras estás creando.”
¿Qué es la arteterapia?
Aunque se considera como un campo profesional reciente, en realidad la arteterapia tiene más de setenta años y ya se conocían desde mucho tiempo atrás los efectos que el arte tiene sobre nuestra mente.
Años de investigación han logrado vincular el arte y la psicología. Esta ha aportado los conocimientos sobre el funcionamiento, procesos y desarrollo de la mente humana. El arte ofrece el propio proceso creativo y la utilización de diversos materiales y técnicas, así como su historia.
A esta unión se la conoce como arteterapia, o terapia a través del arte. Para su práctica profesionalizada se requiere una formación específica. Según la ATe (Asociación Profesional Española de Arteterapeutas) la arteterapia es “una profesión basada en las aplicaciones psicoterapéuticas del proceso artístico y en la importancia de la relación entre persona usuaria y arteterapeuta. Y utiliza esencialmente los medios propios de las artes visuales para promover cambios significativos y duraderos en las personas, potenciando su desarrollo y evolución como seres individuales y sociales.”
Habitualmente se ha asociado la arteterapia con las artes plásticas, puesto que hay otras artes como la danza, el teatro o la música que, aunque también pueden ser utilizadas por esta disciplina, reciben nombres específicos como danzaterapia, dramaterapia o musicoterapia.
Independientemente del tipo de arte que se emplee, se considera que prácticamente todos los lenguajes artísticos poseen cualidades terapéuticas.
¿En qué situaciones puede ayudar la arteterapia?
En la actualidad, esta herramienta se utiliza con fines terapéuticos como una técnica de crecimiento personal y expresión emocional. También está presente en la intervención sobre diversos trastornos psicológicos, donde ha demostrado generar múltiples beneficios. Algunos de los principales ámbitos donde la arte terapia es útil son los siguientes:
• El autoconocimiento personal/autoestima: ayuda a descubrir nuevos aspectos de la persona.
• Estados de estrés postraumático y procesos de duelo: suele ser efectiva para acceder a rincones a los que, solo con la palabra, la lógica o el razonamiento, cuesta llegar.
• Casos de abuso sexual: puede proporcionar más seguridad a la persona para liberar sus emociones, ya que el lenguaje de las imágenes es más indirecto, permite “hablar” metafóricamente sin hacerlo directamente.
• Problemas alimentarios: ayuda a exteriorizar eso que a la persona le cuesta reconocer y empezar a explorar más allá de lo que su mente le está diciendo, acercándola a su cuerpo y al contacto consigo misma y su autoimagen, para romper bloqueos o ideas obsesivas.
• Miedos y fobias: ayuda a romper el acercamiento con aquello que da miedo, aquello a lo que siente que no puede exponerse, de una manera progresiva y no invasiva.
• Acompañamiento terapéutico con niños, adolescentes, personas de la tercera edad, personas con diversidad funcional, etc: permite la expresión a través de las imágenes sin necesidad de verbalizar.
En definitiva, la arteterapia está demostrado que, gracias a la estimulación cerebral que genera un proceso creativo, se puede abrir un camino para introducirnos a ese mundo interior, a menudo inconsciente, para recorrer nuestras emociones y pensamientos y darles significado. Esto, a su vez, dará juego al trabajo terapéutico y permitirá ir resolviendo problemas más profundos.
Como ves, la arteterapia es una herramienta útil que puede suponer el inicio de tu proceso de desarrollo personal o bien un complemento muy potente a la terapia que ya estés llevando a cabo. Sea como sea, lo importante es que cada uno encontremos nuestro camino para entender, sanar y cambiar hasta donde podamos en cada momento.
Si sientes que ahora mismo estás en un momento en que necesitas dar un paso adelante en tu bienestar psicológico no lo dudes: toma responsabilidad y contacta hoy mismo con uno de nuestros psicólogos colegiados para iniciar tu terapia online. Juntos podremos ver qué ocurre y cuál es la mejor manera ayudarte a crecer.
*Este artículo ha sido elaborado por Ornela Mateu (Psicóloga)