Las técnicas de reproducción asistida nos brindan diferentes opciones para conseguir un embarazo y formar una familia. Aunque en un principio lo único que tendremos que decidir es si queremos, o no, ser padres por la vía de la reproducción asistida, el proceso es todo un desafío en el que tendremos que tomar decisiones de forma constante. Este es el caso a la hora de decidir qué hacer con los embriones congelados tras el tratamiento cuando se ha completado el proyecto reproductivo.
¿Qué opciones tenemos con los embriones congelados?
Lo primero que debéis pensar es si habéis cumplido con vuestro proyecto familiar. Si aún deseáis ampliar la familia, podéis utilizar los embriones congelados para realizar una nueva transferencia y que puedas quedarte embarazada, siempre y cuando vuestro ginecólogo lo aconseje. En el caso de que por tu edad, condición física o porque no deseáis tener otro hijo, no vayáis a utilizar los embriones creados en un tratamiento anterior para uso propio, tenéis otras tres opciones:
Donación con fines reproductivos
Esta opción es la indicada si quieres donar tus embriones a otras parejas que, como tú, desean ser padres. Actualmente, con el retraso en la edad a la que se alcanza la maternidad muchas parejas comienzan los tratamientos de reproducción asistida pasados los 40 años. En ese momento las opciones de éxito con un tratamiento de Fecundación In Vitro se reducen. La recepción de gametos donados da la oportunidad a estas parejas de ser padres y permite a tus embriones llegar a una familia que los espera con los brazos abiertos.
Donación con fines de investigación
En el caso de que el centro donde has realizado el tratamiento, tenga una investigación en marcha con embriones, te especificarán en qué consiste el proyecto para que podáis decidir si donáis vuestros embriones para esta causa. Aunque existen pocos proyectos de investigación con embriones debido a los requisitos éticos y la financiación necesaria, el estudio de los embriones es necesario para mejorar el conocimiento en este área.
Cese de su conservación sin otra utilización
Como última opción a las anteriormente citadas, existe la posibilidad de destruir los embriones. Esto sería posible siempre y cuando un médico acredite que has superado tu edad fértil y hayas expresado tu interés por esta opción.
¿Por qué es tan difícil decidir qué hacer con los embriones?
Tranquilos, no sois los únicos que se sienten incapaces de decidir sobre el futuro de sus embriones. Según la Ley 14/2006, de 26 de mayo, sobre Técnicas de Reproducción Humana asistida, cada 2 años los centros se ponen en contacto con las parejas para conocer si han tomado una decisión al respecto. Es curioso comprobar cómo la mayor parte de la parejas no toman ninguna decisión específica sobre los embriones sobrantes tras los tratamientos de fertilidad.
Aunque pueda parecer que, una vez conseguido el objetivo de formar una familia, se olvidan del resto de embriones, esto no puede estar más lejos de la realidad. Se trata de una decisión íntima y de pareja que involucra aspectos relacionados con la ética y la moral de cada persona. Especialmente, la decisión depende de qué significado tienen los embriones para cada uno, su representación simbólica. Es decir, si se consideran como la unión de dos células, posibles seres humanos o como hijos propios.
¿Cómo tomar la mejor decisión sobre mis embriones congelados?
Tratándose de algo tan personal no existen pasos a seguir para encontrar la solución perfecta. Dependerá de la decisión con la que os sintáis más cómodos. Al fin y al cabo, esos embriones son una consecuencia de vuestro proyecto familiar. Para cerrar este ciclo en reproducción asistida, es importante que lo penséis detenidamente, sin prisa, teniendo en cuenta los pros y los contras de cada opción.
Quizá pueda ser de ayuda pedir información a vuestro ginecólogo o hablar con otras parejas que hayan estado en vuestra situación anteriormente.
Si esta es vuestra situación, esperamos que podáis encontrar el mejor destino para tus embriones, sea cual sea. En el caso de que esta decisión te afecte psicológicamente, siempre podéis pedir consejo a un psicólogo. Este profesional será la persona indicada para acompañaros en este momento.