Encontrar un equilibrio entre el trabajo y la vida personal es uno de los mayores retos que gran parte de la población se plantea hoy en día.
La separación entre “lo personal” y “lo profesional” es más difusa de lo que queremos pensar: podemos dejar completamente a un lado nuestra profesión fuera del horario de trabajo, en realidad no dejamos de ser personas cuando estamos trabajando.
Nuestras vidas están compuestas por varios ámbitos diferentes de manera que, si ponemos todo nuestro esfuerzo solo en uno de ellos, entonces perdemos contacto con los demás. Por eso es tan importante encontrar un equilibrio entre el trabajo y la vida personal.
Lo que ocurre en nuestra vida fuera de la oficina nos puede influir tanto positiva como negativamente. Si fuera del trabajo estamos bien, incluso muy bien, eso tenderá a aumentar nuestra motivación, energía y apertura a los demás. Si fuera del trabajo tenemos estresores serios, va a ser difícil que desconectemos de ellos y que no interfieran en nuestro rendimiento.
Hay personas con una gran capacidad para “desconectar” una faceta de la otra. Otras mezclan más. Por ejemplo, a alguien le puede ir muy bien en su vida “personal” y eso en lugar de motivarle o aumentar su eficiencia en el trabajo lo que hace es despistarle, porque se centra en lo de fuera de la oficina en lugar de en lo de dentro; o bien le va muy bien en lo personal pero no le gusta su trabajo: se apaga al entrar a la oficina y hace lo que puede, no lo máximo, porque lo que está deseando es salir de ahí y se limita a cumplir el expediente, no a dar el máximo de productividad.
Otras personas, por ejemplo, tienen vidas “personales” algo o muy problemáticas y es el trabajo precisamente lo que les ayuda a evadirse de esos problemas, incluso hasta tal punto que su rendimiento aumenta mucho. En este caso el trabajo les ayuda a regularse y cumple una función sana, de compensación de los problemas que tienen en otras esferas de la vida, con una repercusión positiva en la productividad. No obstante, llevado a un extremo patológico podría dar lugar a una adicción al trabajo (en la que la productividad puede ser muy alta pero está distorsionada por otras facetas de la vida del trabajador y no es saludable ni sostenible).
Para muchos de nosotros, nuestro ambiente de trabajo es nuestro entorno más exigente. Es el escenario donde hacemos nuestro dinero, donde se utiliza nuestra inteligencia y donde experimentamos varios tipos de éxitos y fracasos casi todos los días. El ambiente de trabajo puede construir nuestro carácter, pero tenemos que tener cuidado porque también tiene el potencial de consumirlo. Cuando nos ocupamos de ellas, empezamos a notar que declinan áreas de nuestra vida tales como nuestras relaciones, nuestro tiempo de ocio y nuestro bienestar. Para poder disfrutar de nuestra vida en el trabajo y fuera del trabajo es importante que encontremos un equilibrio saludable entre ambos.
A continuación te damos algunos consejos para mantener una vida más equilibrada entre tiempo en el trabajo y tiempo fuera del trabajo.
Encontrar el equilibrio entre el trabajo y la vida personal
1. Nunca olvides tener en cuenta el sueño
Una de las cosas más importantes que podemos descuidar si trabajamos demasiado es nuestro sueño. Perdemos una gran cantidad de sueño si pasamos muchas horas trabajando y nuestro sueño pierde calidad si estamos estresados con temas de trabajo… Puede llegar un momento en que la falta de sueño afecte significativamente a nuestra salud física y emocional y es importante que el tiempo de trabajo no desplace al tiempo para dormir. Si trabajas hasta tarde por la noche y empiezas a sentirte cansado, busca un buen punto para hacer una pausa, ir a dormir y despertar por la mañana con la mente más fresca.
2. Organiza correctamente tu horario
Para encontrar el equilibrio entre el trabajo y la vida personal es importante que planifiques tu jornada de modo que incluya momentos de concentración y momentos para relajarse. El plan puede incluir metas, reuniones, pausas y más. ¡Pruébalo! La planificación promueve el equilibrio y, si termina ayudándote, puedes incorporar el hábito de hacer tú mismo un nuevo horario todos los días. Recuerda, una vez que crees el programa, debes seguirlo para que funcione.
Consejo adicional: invierte un poco de tiempo en hacer que el calendario se vea bien. Puede ser divertido y relajante para planificar tu día de una manera creativa.
3. Replantéate cómo manejas tu tiempo
Cuando aprendemos a trabajar más inteligentemente en vez de más duro (lo que ahora se conoce como smart working) entonces ahorramos tiempo. Por ejemplo, si tienes que escribir un artículo, piensa en cómo deseas hacerlo antes de escribirlo. Si decidimos sentarnos y escribir, entonces nos podemos encontrar a nosotros mismos garabateando tonterías durante muchas horas. Organízate y haz primero un esbozo. Discute las ideas con un compañero de trabajo. Configura las horas de descanso que permiten que tu cerebro se descomprima. Si somos más reflexivos sobre cómo queremos realizar nuestro trabajo, lo haremos utilizando el tiempo apropiado. Incluso mejor, la calidad de nuestro trabajo aumentará si prestamos atención a nuestras acciones.
4. Manténte presente en lo que estás haciendo
Cuando estés en el trabajo, céntrate en el trabajo. Sin embargo, cuando salgas a la calle después de un largo día, deja el trabajo allí también. Prestar atención puede ayudarte a centrar tu atención. ¡Si has tenido un mal día, date un capricho! ¡Si has tenido un buen día, celébralo! Utiliza el tiempo fuera del trabajo para centrarte en tus relaciones y tus aficiones. Explora tus pasiones, prueba algo nuevo o, simplemente, vete a la cama y duerme. No importa lo que decidas hacer fuera del lugar de trabajo: dedica todo tu ser a lo que estás haciendo para que puedas experimentarlo en la medida más completa.
Trabajar duro es un valor importante que mantener, pero no debemos dejar que reemplace los demás aspectos de la vida que son importantes para nosotros. Necesitamos ser más pragmáticos con nuestro tiempo y vigilar dónde ponemos nuestro esfuerzo, ya que encontrar el equilibrio entre el trabajo y la vida persona es la clave para una vida más sana, no una solución mágica. Si deseas recibir ayuda especializada para lograrlo, los psicólogos son el tipo de personas que pueden ofrecértela.