En qué tipo de empresa nos gustaría trabajar, qué funciones estamos preparados para desempeñar en cada punto de nuestra trayectoria, cómo presentar nuestra candidatura para un determinado puesto de manera que tengamos éxito o cuáles son el mejor momento y el mejor motivo para dejar nuestro actual empleo e incorporarnos a un nuevo equipo…
Nuestro desarrollo profesional es un fenómeno complejo, configurado por nuestra vocación, formación, experiencia y objetivos profesionales. Tiene lugar de manera más o menos continua a lo largo de eso que llamamos nuestra “carrera”, extendiéndose desde que nos encargan nuestras primeras tareas hasta que, muchos años después, llega el momento de la jubilación.
Por el camino, nuestro desarrollo profesional está expuesto a múltiples factores que influyen en él, igual que la lluvia, el sol o el viento impactan en nosotros cuando queremos llegar de un lugar a otro.
Los responsables de recursos humanos tienen un importante papel a la hora de dar forma a ese proceso, atrayendo nuestra atención para que nos interesemos por una compañía, cuidando nuestra experiencia como empleados para que deseemos quedarnos donde estamos y, por supuesto, llevando a cabo los famosos procesos de selección que juegan un papel tan importante a lo largo de todo nuestro desarrollo profesional