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ToggleTanto internet como las conversaciones de pasillo están plagados de consejos sobre cómo afrontar las cenas de empresa cuando llega la Navidad. Ocasión de oro para algunas personas, pesadilla para otras, indiferencia más o menos participativa para las demás. Si te pones a leer sobre el mundo cenas de empresa, lo que vas a leer principalmente son tres cosas: no bebas, vístete bien y cuidado con ponerte a tiro de la persona equivocada (el jefe, el compañero que te gusta, el jefe que te gusta, el jefe o compañero al que detestas…)
Sea como sea, no hay razón para que el estrés invada tu Navidad. Sigue leyendo para saber como sobrellevar las cenas de empresa.
Pesadilla antes de (las cenas de empresa en) Navidad
La cuestión es: ¿tan difícil es sobrevivir a las cenas de empresa, particularmente a la que organiza tu departamento de Recursos Humanos cuando llega la Navidad y el sonido de los cascabeles acompaña al tintineo de las campanitas, mientras trozos de abeto de plástico se sujetan a cada rincón con un lazo rojo y verde?
Quien más, quien menos, todos tenemos un respetable curriculum de cenas de empresa a las espaldas. Esto, en muchos casos, equivale a un historial de heridas de guerra y cosas vistas que los demás no creerían. Y todo ello aderezado con buenos propósitos disponibles para (esta vez sí) ser llevados a la práctica de cara a la próxima cena de Navidad de la empresa.
¿Todos? No todos: hay dos tipos de personas que este año acudirán a sus respectivas cenas de empresa navideñas como si nada nunca hubiera sucedido.
En el primer caso, eso se debe a que literalmente nunca nada ha sucedido: son los jóvenes, los junior, los becarios, los nuevos recién llegados a la compañía y que están en su primer trabajo y no saben cómo van las cenas de empresa en esta en particular.
En el segundo caso, independientemente de la novedad, están los de la incorregible disciplina: son los que pasan de todo, los metepatas, los que se sienten en cualquier parte como en su casa y no miden ni lo que oyen, ni lo que dicen ni lo que hacen. Por muchos desastres que hayan protagonizado en cenas de empresa anteriores, ellos siempre están dispuestos a añadir uno más a su lista.
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Y tú, ¿de qué equipo eres? Obvio: del de los elegantes, los sobrios, los que al segundo vinito se plantan, los informales, pero arreglados, los que sonríen sin babear y lanzan puyas sin dejar de parecer aristocráticos. Claro que sí, ¡porque tú lo vales!
No obstante, como la tradición obliga y nunca sabemos en qué tipo de trincheras tendremos que sobrevivir en las próximas cenas de empresa, aquí vamos a cumplir con la liturgia: te aportamos un amable recordatorio de lo que (no) debes hacer cuando acudas a la cena que tu empresa está organizando para tenderos a todos una trampa mort… para celebrar juntos en amor y compañía que un año acaba y otro está a punto de comenzar. Abro hilo.
3 pistas para sobrevivir a las cenas de empresa
1. Ante la duda, simplemente, no bebas
Somos adultos, ¿verdad? Pues comportémonos como tales. ¿Y qué hace un adulto? No se pone a tiro, esquiva las balas, levanta barricadas y contraataca ante la presión externa. Si tú sabes que a partir de la primera copita ya estás diciendo tontunas no sigas yendo hacia el barranco.
Tienes dos opciones. Una de ellas es la radical: conjúrate y, simplemente, no tomes alcohol durante la cena de empresa. Créeme, nadie, pero nadie, ha fallecido jamás, ni ha matado a nadie, ni ha provocado una guerra mundial por no consumir alcohol en las cenas de empresa. ¿Acaso te mentiríamos en algo como esto?
La segunda opción es para los que saben controlarse: tómate una o dos y plántate, mañana vas a considerarte la persona más inteligente del mundo.
Advertencia: en ambos casos la presión para que bebas va a ser implacable, en serio, vas a recibir fuego amigo por todas partes. No pasa nada, ¿por qué? Porque hemos quedado en que los adultos saben decir que no.
2. Elige bien al compañero de mesa
Sé astuto/a cual leona agazapada entre la maleza y no permitas que los mejores sitios de la mesa te sean arrebatados. ¿Y cuáles son los mejores sitios en las cenas de empresa? Los que están libres al lado de las personas que te caen bien, te hacen reír y consiguen hacerte pasar un rato agradable.
Colócate estratégicamente, siempre lejos de dos bloques de personas. El primer bloque es el de los jefes, sencillamente porque delante de ellos vas a comportarte de manera un poco encorsetada y mira, qué quieres que te diga, tú no has venido a este mundo a cenar con corsé. El segundo bloque es el de la gente que te cae mal. Ya está, ya lo hemos dicho: la gente que te cae mal. ¿Quieres pasar la cena de Navidad de la empresa con la gente que te cae mal? No, ¿verdad? Pues lucha por tu asiento y que fluya la magia.
3. Vístete y vete (a la cena)
No, en serio: vigila lo que te vayas a poner, pero tampoco te obsesiones. No vas a la Gala del Met, ni a una boda, ni a un akelarre, ni a jugar a las cartas con tus amigas. Vas a una celebración por la Navidad y el fin de año con tus compañeros de trabajo (que ya saben cómo eres, ya saben cuál es tu estilo, puede que ya conozcan algunos de tus más jugosos y oscuros secretos, ¿en serio tienes que impresionarles para cenar?).
Y tus jefes. A estos quizá sí tienes que enviarles un mensajito sobre tu clase y saber estar para quedar bien, destacar y causarles un cierto efecto wow. Para ello, ¿sabes qué? Que menos es más. Que dentro de tu estilo te pintes la raya y te pongas tu mejor tacón, pero no exageres, no te pongas algo especialmente incómodo solo porque crees que te da un aspecto especialmente despampanante. Ponte algo que te siente bien y que sea adecuado para el estilo que habitualmente ya tenéis en la oficina. Lo contrario, tanto si rebajáis mucho el look como si lo lleváis al extremo, es ir disfrazadas.
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Esperamos que este post sobre las cenas de empresa te haya resultado interesante, y te invitamos a echarle un vistazo a nuestro post sobre cómo ser un buen jefe. Si quieres más información sobre nuestro programa de bienestar mental para empresas, solo tienes que solicitarla y nos pondremos en contacto con tu equipo lo antes posible.