La idea de equipo líquido toma su nombre de las teorías del sociólogo polaco Zygmunt Bauman, quien acuñó hace años los célebres conceptos de modernidad líquida y sociedad líquida, entre otros. Con ellos, Bauman describió las características de la sociedad occidental actual, que ya no se caracteriza por la solidez o durabilidad -valores imperantes hasta hace poco tiempo- sino por la provisionalidad y la constancia del cambio.
Aplicada al mundo empresarial, la idea de liquidez toma una vertiente no tan pesimista como se desprende del concepto original, sino que está más asociada a las ideas de flexibilidad y versatilidad. Manejar la incertidumbre -es decir, la falta de información- se vuelve entonces más llevadero, ya que cómo se gestione la información y su ausencia influye mucho en la toma de decisiones sobre los recursos que el equipo invierte y moviliza en cada momento.
Características de un equipo líquido
Como decimos, esta “textura” corporativa tan particular y que resumimos en la expresión “equipo líquido” se aplica a todos los elementos del proceso de trabajo: liderazgo, comunicación, estructura, misión, tarea, indicadores de eficacia… De este modo se genera una nueva metodología según la cual están implicados únicamente los recursos necesarios para una tarea y unos objetivos concretos, sin que el compromiso de dichos recursos se prolongue más allá.
Así es como funciona el equipo líquido: una vez concluido un determinado proyecto, los mencionados elementos del proceso de trabajo pueden quedar libres para servir a otras tareas orientadas a otros objetivos. Esto incluye, por supuesto, a las personas: ahora formo parte de este equipo para alcanzar este objetivo y, cuando eso suceda, nos dispersaremos para construir nuevas estructuras.
La idea es que la fuerza de trabajo huya del estancamiento o la estabilidad no justificada, fluyendo gracias a su liquidez característica. Veamos algunas de las principales características con las que distinguimos un equipo líquido:
1. Cambio: alta frecuencia de modificación de sus elementos, tanto en los miembros que forman parte de la organización como en la manera que tienen de organizarse.
2. Adaptabilidad: capacidad para cambiar internamente como respuesta a un cambio en las circunstancias externas y seguir funcionando. También podemos hablar de versatilidad.
3. Falta de permanencia: inevitable cuando lo definitorio es el cambio. Los miembros del equipo líquido se reúnen y coordinan para realizar la tarea en cuestión y se dispersan fácilmente una vez que la tarea está concluida.
4. Movilidad: los miembros del equipo líquido tienen amplio margen de movimiento. Sus funciones, tareas y responsabilidades no son estáticas, sino que se configuran en función de los requerimientos puntuales del proyecto.
5. Horizontalidad: aunque cuente con una figura de coordinación o liderazgo, la estructura del equipo líquido tiende a ser horizontal en lugar de tener la clásica jerarquía vertical, lo que promueve la agilidad en los procesos.
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Gracias a esta colaboración, los responsables de recursos humanos pueden recibir asesoramiento personalizado y basado en datos sobre cómo funcionar a través de un equipo líquido puede ayudar a cuidar del capital humano que tienen a su cargo. De este modo, se fomenta la salud mental de los trabajadores mientras se preservan buenas condiciones para que la productividad sea óptima.
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