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ToggleHace poco mi amigo Dani convocó a su comité de crisis a través de su cuenta de Instagram ante la perspectiva de un acontecimiento inédito en su vida: su primera cita en Tinder. Que no fui yo, de verdad, Dani no es mi amigo invisible inventado para este artículo, ¡malpensados!
Él está más acostumbrado a utilizar otro tipo de apps de ligue y solo muy recientemente se está familiarizando con los códigos de Tinder. Un aplauso para Dani. Total, que la primera cita llegó y por eso, además de acudir a la misma con su mejor actitud, pensó que en situaciones solemnes es adecuado aprender de tus mayores.
Lo primero, acudir a las fuentes
Ni corto ni perezoso mi amigo tiró de Instagram y preguntó al público soberano, con la expectativa de contar con un repertorio de recomendaciones lo suficientemente potentes como para asegurarse un éxito rotundo frente a su contrincante. Quiero decir, frente al chico con el que había quedado. Por supuesto, signifique éxito rotundo lo que signifique.
En pocas horas Dani recibió más de 30 recomendaciones sobre qué era lo que sí o sí debía tener en cuenta de cara a su primera cita en Tinder. La gente nunca te falla en estas situaciones. Tú le pides y la gente te da. La gente, en fin, es solidaria y siempre hay al menos 30 amigas de todo pelaje dispuestas a compartir con uno su sabiduría acumulada a golpe de aplicación, barra de bar y borde de la cama.
Comportarse con naturalidad y elegir bien la ropa interior son los consejos más frecuentes ante una primera citaRebuscando en ese batiburrillo de buenas intenciones mezcladas con rencor había sugerencias de todo tipo, pero hubo dos bloques temáticos que se impusieron con clara ventaja. El primero se resume básicamente en la frase que más se dice y que menos significado tiene de la historia: “Sé tú mismo”. El segundo bloque, más pragmático, establecía con qué tipo de calzoncillo y con qué nivel de limpieza era más recomendable comparecer para ese “café”.
Sé tu mismo
Reconozcámoslo: hay algo muy inquietante en la frase “Sé tú mismo”. De hecho, creo que solo hay una frase aún más inquietante que “Sé tú mismo” y es aquello de “No cambies nunca”. Si me lo propongo, puedo recordar todas esas veces en las que alguien me ha dicho “Sé tú mismo” y yo solo podía pensar “Dios mío, creo que eso es precisamente lo que debo evitar a toda costa”.
También te digo que tengo muy claro quiénes son todas esas personas a las que diría, mirándolas a los ojos, “Por favor, cambia cuanto antes”. Sé que pensarlo te provoca sudores fríos pero, ante la duda, hazme caso: si alguien te dice que seas tú mismo y te pide que no cambies nunca es una trampa. Huye.
Hagas lo que hagas
El tema de la ropa interior bonita y limpia (alguien incluso intentó acotar el outfit para que Dani no perdiera tiempo pensando: “ponte el suspensorio azul”) fue, como digo, el otro hit de la retahíla de consejos. En situaciones así siempre se abre un nuevo dilema, porque los consejos sobre la ropa interior chocan frontalmente con el tercer tema de debate: sexo en la primera cita, ¿sí o no?
Así es, amigos. No importa si eres tú mismo o no y, qué diablos, todos sabemos que la probabilidad de que nuestra cita vea qué ropa interior llevamos aumenta exponencialmente si nos ponemos la ropa interior que jamás querríamos que esa cita viera. Pero puestos a debatir con unas cervezas (o una cuenta de Instagram) por delante no hay duda de que la verdadera madre del cordero, la madre de todas las batallas, el Rubicón de las primeras citas es… si habrá sexo o no habrá sexo.
Sexo a la primera, ¿a favor o en contra?
Obviamente hay mucha gente que se estará preguntando qué es una primera cita sino un encuentro sexual con o sin conversación previa. Otro gran grupo de personas aún se están preguntando qué hay de su segunda cita (guardemos un minuto de silencio).
Sin embargo, puede que tú pertenezcas al otro grupo, ese híbrido entre quienes no dan por hecho que el sexo en la primera cita está bien aunque no sea obligatorio y quienes tienen clarísimo que su virtud debe preservarse, al menos, hasta el decimotercer encuentro. Qué puedo decir: hay veces que quedas con alguien de Tinder para “tomar un café” y de camino a la cafetería ves pasar toda tu vida delante de tus ojos.
Preparados para cualquier eventualidad
Además de los temas ya mencionados, la petición de consejos de Dani arrojó otros datos realmente interesantes. ¿Sabes aquello de que no hay que abusar del turismo cuando se viaja por primera vez una ciudad, sino que es mejor dejarse cosas sin ver para la siguiente visita? Siguiendo esa misma lógica, alguien le recomendó: “Sé natural, las primeras impresiones molan pero resérvate cosas”. Por qué esta persona mezcló la naturalidad con el reservarse cosas creo que tiene que ver con el rollo Espontáneo ma non troppo, lo justito. En cualquier caso Dani lo tuvo claro y advirtió que “Si me cuenta su vida, me voy”. Mis amigos no se andan con chiquitas.
Otro de sus contactos recomendó definir algunas líneas rojas, de manera que si alguna era traspasada, estaba justificado concluir la cita. Esta recomendación siempre está bien, apúntatela en un papelito. Dani opina lo mismo. De hecho Dani tiene un maldito post-it rosa con sus líneas innegociables adjunto a su agenda de “contactos”: ideología, nivel cultural, puntualidad y cómo habla de sí mismo. A mí no me mires, yo no fui quien pidió consejos para una primera cita en Tinder.
El grupo de los pragmáticos (¡de cuántos apuros nos sacan!) no podía faltar e hizo su aparición con tres apuntes mágicos. Uno, usa mascarilla. Dos, ni se te ocurra quedar para cenar (eso va por vosotras, amantes de las cenas en las primeras citas, ¡cuánto daño habéis hecho!). Y tres, “Una vez hice esto: si la cita es a las 18h que un amigo tuyo te llame a las 18:15 y decides”. Está claro, si buscas amigos quédate con los que se ofrezcan a rescatarte por teléfono.
Antes de salir de casa Dani leyó el último consejo: “Aplica la coherencia”. Aha, estás dándole vueltas al significado de este consejo, puedo oír desde aquí tu cerebro mientras piensa. En el caso de mi buen amigo, quizá dudó si las demás sugerencias venían de su peor enemigo o salían de un pozo de sabiduría, pero con este tema lo tuvo claro al instante: nada en 2020 es coherente.
Consejos de Dani
Lo estás deseando pero Dani no quiere revelar en público si finalmente hubo cama o no tras su primera cita en Tinder. También ha rechazado formalmente la propuesta de comentar si se puso o no un suspensorio (tendrás que decidir por ti mismo sobre tu propia ropa interior cuando te llegue el momento). Dios sabe que he hecho todo lo que ha estado en mi mano pero, qué le vamos a hacer, no estoy autorizado a consignar aquí esos datos.
La experiencia habla: no te tomes esa cita como lo más importante de tu vida y ten claro qué líneas rojas no querrás traspasarSin embargo, tras pasar por el trago, perdón, por la experiencia de acudir a una primera cita a través de Tinder, este ahora veterano ha accedido a compartir con nosotros sus propios consejos. Dani viene de más allá de Orion y ha visto cosas que ni imaginarías. Dani es mucho. Dani desea nuestro bien.
Los consejos
- No alargar la cita demasiado. No más de 1h30, para que no se pierda el interés y no se pierda el tiempo. Está bien mantener el interés reservando algo de material de cara a futuros encuentros.
- Ser honesto, pero no contarle toda tu vida, que igual no lo vuelves a ver. No es necesario que sepa cosas de ti que puedan comprometer tu intimidad. Mostrarte demasiado es no cuidarte.
- Ser puntual. Y si llegas aunque sea 10 minutos tarde, avisar. Quedarás bien y mostrarás cuidado incluso antes de empezar.
- Ser realista. Es una cita de una app para ligar, no los 90 minutos más importantes de tu vida. Si no va bien no pasa nada, habrá otras ocasiones.
- No confundir escenarios ni contextos. Vas a una cita de Tinder, no a una entrevista de trabajo. Estáis ahí para ligar y buscar una relación sexual que podría acabar en una relación de pareja. No busques amigos porque tus amigos se buscan en otro lado. Que no te extrañe que una relación de Tinder acabe en sexo, o que el otro quiera sexo: es el contexto y el objetivo de este tipo de apps.
En definitiva, ya sabemos que cuesta mucho ser auténtica, señora. Entre eso, elegir la ropa, dosificar la información que doy y, ah, disfrutar un poco, podemos acabar exhaustos tras una primera cita, sea de Tinder o no. Lo importante es tener claros ciertos límites, no dejarte avasallar por gente que se pase de estupenda y, sobre todo, saber a lo que vas. Por eso, si algo o todo de esto te genera algún problema grave, por ejemplo en tus relaciones sexoafectivas, no lo dudes: consulta con un buen psicólogo, estamos aquí para ayudarte.