derecho a la desconexión digital

¿Conoces el derecho a la desconexión digital?

El derecho a la desconexión digital está viviendo actualmente un momento de gran vitalidad, al menos como tema de debate y observación: cada vez más empresas y más trabajadores prestan atención a ejercerlo y, por supuesto, a facilitarlo. En este post vamos a fijarnos en un aspecto tan relevante para el bienestar psicológico de los trabajadores. 

¿Qué es el derecho a la desconexión digital de los trabajadores?

Revisar el correo y contestar mensajes, atender llamadas, seguir produciendo frente al ordenador más allá de las horas estipuladas, resolviendo problemas que surgen a horas intempestivas en lugar de dedicar la energía y la implicación a lo ocurre fuera del trabajo. Estos y otros ejemplos muestran lo contrario a lo que llamaríamos una adecuada desconexión digital, es decir: no trabajar (nuestro trabajo cada día es más tecnológico, más a través de teclados y pantallas) fuera de nuestras horas oficiales de trabajo. 

A veces es el propio empleado el que boicotea su propio derecho a la desconexión digital, por emergencias, por mala organización o por un inadecuado sentido de la implicación en el trabajo. A menudo, en cambio, son inercias, vicios y malas prácticas extendidas en toda la empresa, o llevadas a cabo por quienes deben dar mejor ejemplo (los jefes) lo que incapacita de manera continuada a los empleados para ejercer su derecho a la desconexión digital.

Entender la desconexión digital no como un fin en sí mismo, sino como un medio para potenciar nuestro bienestar psicológico en general y nuestra salud laboral en particular, así como, la productividad de la empresa. 

derecho a la desconexión digital

Un continuo entre vida y trabajo… pero saludable

La separación que normalmente se hace entre trabajo y vida “personal” es más metafórica que real. Sin embargo, eso no debe servir como justificación para que la faceta profesional invada el resto de ámbitos de la vida cotidiana, impregnando con sus obligaciones, tareas e instrumentos un tiempo que no le corresponde. 

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Esta es la idea en la que se basa el derecho a la desconexión digital de los trabajadores: los empleados tenemos derecho a no tener que estar pendientes de nuestras pantallas profesionales fuera de nuestro horario laboral. 

Por tanto, debemos entenderla como un derecho, algo que se nos debe reconocer, que debemos reivindicar y que se recoge en la legislación laboral desde hace ya varios años afectando a todos los contextos de trabajo: tanto a las personas que realizan sus tareas de manera presencial como a aquellas que teletrabajan.

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De lo contrario, nos sentimos invadidos por el trabajo, fusionados con él. Nuestro tiempo (es decir, las actividades que realizamos durante nuestro tiempo) está plenamente dedicado al trabajo, aunque sea “de guardia”. Además, queda fagocitada nuestra identidad: somos única y exclusivamente trabajadores porque lo somos las 24 horas del día, incluso cuando aparentemente no estamos trabajando

¿Qué impide el derecho a la desconexión digital de los trabajadores?

El empeño en la conexión digital más allá del horario oficial de trabajo esconde, por parte de la empresa, un manejo ineficiente de la comunicación interna y una metodología de trabajo abusiva. 

Este estilo, por tanto, resulta inoperante en términos de bienestar psicológico de los trabajadores. Potencia la fatiga, enrarece la vinculación del empleado con su tarea, sus responsables, sus compañeros y, en definitiva, con la empresa. Además, genera quejas (expresadas directa o indirectamente). Solo por estos motivos, es algo que la empresa debe evitar, inculcando en los trabajadores la necesidad y utilidad de respetar los tiempos de trabajo y facilitando que puedan hacerlo. 

El teletrabajo no justifica la hiperconexión digital

El derecho a la desconexión digital no es un tema nuevo, sino que ha estado presente en la “conversación laboral” desde hace años. No obstante, los confinamientos derivados de la pandemia han generado un escenario idóneo para que muchas empresas y muchos trabajadores midan la auténtica gestión que hacen de los horarios, la comunicación interna y la exigencia de mayor rendimiento, escondida bajo términos como “demanda de más implicación”, “capacidad de adaptarse a las circunstancias”, “arrimar el hombro para ayudar a la empresa en un momento incierto”. 

Por fortuna, muchos trabajadores no han visto alterado su horario durante los periodos de confinamiento: han teletrabajado exactamente el mismo número de horas que en los tiempos de la presencialidad normal y han atendido a sus tareas fuera de horario de la misma manera (fuera cual fuera, normalmente no atendiéndolas) que antes del inicio de la pandemia. 

Otros trabajadores, principalmente aquellos que tenían que ocuparse de niños pequeños en casa mientras teletrabajaban al principio de la pandemia, pudieron reordenar sus horarios de común acuerdo con sus empresas para armonizar en la medida de lo posible las necesidades del trabajo con las necesidades de la familia: podían disfrutar de desconexión digital, solo que en un horario diferente al anterior. 

Sin embargo, un gran número de trabajadores empezaron a dar cuenta de un fenómeno evitable pero con una peligrosa tendencia a normalizarse, especialmente en un contexto como el de los confinamientos provocados por la pandemia. Resumidamente la situación era: “La empresa da por hecho que, como ahora trabajo desde casa, puedo trabajar más horas o a cualquier hora, es decir, siempre estoy conectado”. 

Es en estos casos donde el derecho a la desconexión digital cobra especial relevancia, dado que esa conexión difusa, sin criterio y permanente a la que se somete a muchos trabajadores -o que muchos trabajadores permiten o no acaban de limitar- es evitable y está injustificada: si antes los empleados trabajaban un cierto número de horas y llegado el fichaje de salida podían olvidarse del trabajo hasta el día siguiente y eso estaba bien, ¿por qué ahora tienen que diluir los horarios y estar permanentemente de guardia bajo la excusa de que como están en casa están más disponible?

¿Cómo lograr la desconexión digital de los empleados?

Un principio básico es limitar -por no decir eliminar- la comunicación con el empleado fuera de sus horas de trabajo para favorecer su descanso. De lo contrario, los empleados tienden a percibir su trabajo como algo excesivamente demandante, algo a lo que tienen que atender sin criterio temporal alguno porque los límites horarios se han diluido y la empresa (es decir, ciertas personas de la empresa, ya sean jefes o empleados) no considera que eso sea un problema. 

Cuando no se cumple, se está produciendo un factor de riesgo psicosocial que afectará al bienestar físico y psicológico del empleado en cuestión y, por tanto, a su rendimiento. En este sentido, se da la paradoja de que lo que la empresa hace para trabajar más (o mejor, según se mire o según a quién se pregunte) en realidad se acaba volviendo en su contra con un efecto boomerang. Esto quiere decir que puede salir bien a corto plazo, pero no generará una productividad sostenible, ya que el trabajador cuyo derecho a la desconexión digital no se cumple empezará a trabajar peor, querrá marcharse de una empresa que no respeta su tiempo y eso generará un gasto de diversos recursos que la empresa tendrá que afrontar, cuando podría haberlos prevenido. 

Esto da la idea de que las empresas que no favorecen la desconexión digital de los trabajadores pero quieren empezar a corregirlo tienen que actuar sobre su cultura empresarial, sus metodologías de trabajo y sus herramientas para medir y prevenir aquellos factores estrictamente debidos al trabajo que ponen en peligro la salud de los empleados. 

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Programa de bienestar emocional para empresas

En ifeel sabemos que el trabajo no debe suponer una interrupción en el bienestar de las personas. Por eso, nuestro equipo de psicólogos expertos en bienestar laboral ha creado un programa de bienestar emocional para empresas. que mejora la retención del talento, reduce el absentismo laboral y combate el estrés de los trabajadores. 

En nuestra sección de Recursos encontrarás material valioso, como Podcast, Guías para Recursos Humanos o Entrevistas con cargos importantes de RRHH. Además, tenemos una Plantilla de Factores de Riesgo Psicosocial, que puedes utilizar para cumplir con los requisitos de la Inspección de Trabajo.  

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Gracias a nuestro programa de bienestar emocional, los responsables de recursos humanos de tu empresa pueden recibir asesoramiento personalizado y basado en datos sobre cómo mejorar el bienestar psicológico de sus equipos. Además, este programa ofrece a los empleados un servicio 360º de cuidado de su salud mental estructurado en diferentes niveles en función de sus necesidades. Prueba ahora nuestro programa para que puedas ver cómo podría ayudaros.

Esperamos que este post sobre el derecho a la desconexión digital de los trabajadores te haya resultado interesante. Si quieres más información sobre nuestro programa de bienestar emocional para empresas solo tienes que solicitarla y nos pondremos en contacto con tu equipo lo antes posible.

¿Qué es el derecho a la desconexión digital?

El derecho a la desconexión digital se refiere al concepto de que las personas tienen el derecho de desconectarse de las comunicaciones y dispositivos digitales relacionados con el trabajo fuera de su horario laboral regular, lo que les permite mantener un equilibrio saludable entre el trabajo y la vida personal y proteger su bienestar.

¿Por qué es importante el derecho a la desconexión digital?

El derecho a la desconexión digital es importante porque ayuda a prevenir el estrés relacionado con el trabajo, el agotamiento y la difuminación de los límites entre el trabajo y la vida personal. Promueve el bienestar de los empleados, la salud mental y un enfoque más sostenible y equilibrado del trabajo.

¿Cómo pueden las personas ejercer su derecho a la desconexión digital?

Las personas pueden ejercer su derecho a la desconexión digital estableciendo límites y expectativas claras con los empleadores y colegas en cuanto a las comunicaciones fuera del horario laboral, desactivando o silenciando las notificaciones durante las horas no laborales y cultivando un equilibrio saludable entre el trabajo y la vida personal que priorice el tiempo personal y el bienestar.

¿Cuáles son los beneficios de reconocer el derecho a la desconexión digital?

El reconocimiento del derecho a la desconexión digital puede conducir a un mayor nivel de satisfacción laboral, una mejor salud mental, niveles reducidos de estrés y una productividad mejorada. También puede fomentar una cultura laboral más respetuosa y de apoyo que valore el equilibrio entre el trabajo y la vida personal y respete el tiempo personal de los empleados.

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