Cómo ser el mejor en el trabajo

Cómo ser el mejor en el trabajo… o no 

Si estás leyendo este artículo seguramente te preocupe «cómo ser el mejor trabajador», incluso puede que busques en Google los consejos más adecuados para lograrlo. Por eso creemos que es importante que conozcas las consecuencias psicológicas que tiene sobre tu estado emocional el hecho de querer destacar a toda costa. 

No te preocupes (tanto) por ser el mejor trabajador

Las exigencias que impone a muchas personas cierto tipo de sector o ambiente laboral hacen que muchos trabajadores sientan una enorme presión por hacer bien lo que tienen que hacer y se preocupen demasiado por cómo ser el mejor en el trabajo

También se ven empujados a competir y destacar a toda costa para no “desaparecer” y poder tener lo que se considera una buena reputación profesional. Incluso aunque eso sea a costa de su bienestar psicológico. 

Todos queremos progresar profesionalmente y ser el mejor trabajador, signifique eso lo que signifique. Sin embargo, muchas veces y por diferentes motivos, transformamos esa ambición (sana y coherente) en una especie de codicia por conseguir más, llegar primero o ser los mejores. Tenemos que llamar la atención del mercado laboral sobre nuestras virtudes y nuestro rendimiento para que el mercado laboral no se fije en nuestros competidores antes que en nosotros. Y eso supone una enorme presión, ya que no es posible alcanzar gratuitamente esos estándares

Si no somos conscientes de esto es probable que nuestro bienestar psicológico se vea afectado por diferentes consecuencias. 

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4 consecuencias de la presión por ser el mejor trabajador

1. Insatisfacción permanente

Tener que plantearse todo el rato cómo ser el mejor en el trabajo e intentarlo implica que nunca llegamos a ningún punto de nuestro trabajo que ya esté bien. Eso genera una sensación permanente de insatisfacción o frustración con los logros conseguidos. Nunca nada es suficiente: suficientemente bueno, suficientemente conocido, suficientemente rentable, suficientemente mejor que lo que hace el de al lado. 

2. Alerta constante 

La carrera profesional es algo tan exigente que, si queremos ser el mejor trabajador, nunca podemos relajarnos, siempre tenemos que estar atentos a cada detalle que se nos escapa, a cada matiz que podamos pulir, supervisando qué están haciendo los demás (para superarlo nosotros), detectando qué se nos ha quedado obsoleto para renovarlo… No hay descanso. 

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Cómo ser el mejor en el trabajo

3. Ansiedad y estrés

Tiene mucho que ver con lo anterior. Nuestra carrera profesional es percibida como un camino en el que nunca llegamos a ninguna parte, como en el mito clásico de Sísifo: al llegar a la cima la bola se cae y tenemos que iniciar el ascenso desde cero. Eso puede llegar a sobrecargarnos, incluso convivir con una sensación de angustia o miedo relacionados con nuestra faceta profesional y la presión que sentimos por averiguar cómo ser el mejor en el trabajo. Nada de lo logrado sirve nunca para nada, podría desaparecer en cualquier momento. Siempre hay que estar alimentando a la máquina por encima de lo necesario, no podemos relajarnos.

4. Mala autoestima profesional

El camino del “éxito”, es decir, de revelarnos como los ganadores en la competición permanente con nuestros rivales profesionales, es duro y muchos no son capaces de recorrerlo sin tropezarse. Por eso, cuando nos tropezamos, empezamos a pensar que el único problema lo tenemos nosotros. Pensamos que, si no destacamos lo suficiente, es porque no valemos lo suficiente. Esa visión sesgada nos puede colocar en un estado de ánimo decaído relacionado con nuestras capacidades profesionales, nuestra reputación o la calidad de nuestro rendimiento. 

¿Cómo combatir la presión por ser el mejor trabajador?

1. Relativiza los “malos” resultados

El entorno laboral demasiado exigente nos hace desconectarnos de algo muy natural: la posibilidad de que a veces fallamos, o no alcanzamos un resultado tan bueno como el de la persona de al lado. Entonces se activan nuestros demonios sobre lo rezagados que nos estamos quedando, lo mal considerados que vamos a estar en el trabajo, las graves consecuencias que va a tener un hecho aislado que ha sucedido un día y que en absoluto debe ser tomado por el “todo” en nuestro trabajo… 

No podemos entrar en pánico cada vez que no conseguimos cada pequeña cosa que nos proponemos para lograr lo que consideramos éxito profesional. No todo es trascendente ni relevante ni determinante.

Es importante combatir estos agobios relativizando, es decir, poniendo las cosas en su contexto y asignándoles la verdadera relevancia que tienen. Esto incluye relativizar la importancia que le damos a la idea de ser el mejor trabajador.

2. Ve poco a poco

Es obvio que hay carreras profesionales tremendamente exigentes y en las que hay que implicarse mucho si se quiere destacar (es decir, si se quiere tener éxito) y en las que conviene hacerlo pronto si uno no se quiere quedar atrás irremediablemente y quiere ser el mejor en su trabajo

No obstante, la mayoría de las carreras profesionales son, además de largas, lentas. Tienen muchos vericuetos, su avance está influido por muchos factores y, sencillamente, en ellas no por mucho madrugar amanece más temprano. 

Ser trabajador, esforzarse y buscar el mejor resultado es magnífico, pero tampoco es garantía de un éxito rápido y seguro. Mejor ser más discretos pero lograr resultados sólidos y, si se puede, disfrutados (o no sufridos), que poner toda la energía averiguar cómo ser el mejor en el trabajo, sobresalir y ganarse un nombre sin que haya gran cosa debajo, como los bebés que quieren correr antes de caminar.

3. Flexibiliza tu concepto de éxito

¿Te has parado a pensar en qué basas tu satisfacción y reputación profesionales? ¿Son los indicadores adecuados, basados en los valores adecuados para tu caso particular? 

Muchas veces asumimos como propio un concepto de éxito laboral que no va con nuestro estilo o nuestras capacidades, o que fue adecuado hace un tiempo pero ha dejado de serlo. Cuando eso sucede, nos desconectamos de nosotros y empezamos a funcionar de acuerdo a una lógica ajena, a lo que otros quieren que sea nuestro éxito. 

Sin embargo, no todo en la vida es tener un sueldo millonario o un despacho gigante o un cargo que suene importantísimo. Existen otros indicadores de éxito laboral que pueden ser más apropiados (y más saludables) para ti en este momento. Búscalos y encuéntralos.

4. Diseña un proyecto profesional adecuado para ti

Cuando lo único que queremos es ser los mejores en el trabajo tenemos un ojo puesto en nosotros y el otro (como mínimo) puesto en los demás. Y eso si no está toda nuestra atención puesta en el otro. Fijemos bien la mirada en nosotros, en averiguar cuáles son los objetivos profesionales que resultan coherentes y satisfactorios para nosotros en cada momento y dejemos a los demás que sigan su propio camino.  

5. Manéjate con asertividad

Eso que llamamos “el sistema” o “el mundo laboral” siempre va a querer más de ti y va a planteártelo como si, además, fuera bueno para ti en cualquier circunstancia. Si logramos estar comprometidos con un proyecto profesional que tenga que ver con nosotros y con una idea del éxito que sea humana y saludable, entonces estaremos en una buena posición para decir “no” a una búsqueda del éxito demasiado exigente o inadecuada para nosotros, un éxito que no nos sienta bien y que pone en riesgo nuestro bienestar psicológico. Debemos conocer nuestros propios límites para ser capaces de soportar la presión externa por ser los mejores en nuestro trabajo, dar más y llegar primero. 

6. Construcción saludable de la propia reputación profesional

Todos debemos encontrar nuestro valor añadido a nivel profesional pero sin la voracidad de tener que destacar a toda costa, sobre todo porque pretender ser el mejor en el trabajo de manera permanente es una ilusión. Podemos destacar dentro de un cierto grupo de personas, o en cuanto a alguna características en particular, o en un momento determinado pero, normalmente, no mucho más. 

Somos tantos “compitiendo”, queriendo hacernos visibles, labrando nuestras propias carreras que eso necesariamente nos hace pequeños unos a otros, nos invisibiliza. Por eso, aunque tenemos que resaltar nuestras cualidades para que se vean y las conozca quien las tiene que conocer, debemos ser conscientes de que eso tiene un límite, no debemos quemarnos ni inmolarnos en el altar de “destacar”, ser los mejores, los números uno, los más prestigiosos. Porque llevar a los hechos la pregunta de cómo ser el mejor en el trabajo es un saco sin fondo: nos estresa, nos impide disfrutar y nos deja siempre insatisfechos, al ser una carrera agotadora porque no acaba nunca. 

Cómo ser el mejor en el trabajo

Bienestar emocional para empresas

En ifeel queremos aumentar el bienestar laboral de los empleados y de sus empresas. Por eso nos dedicamos a ayudarlos en el reto de generar entornos de trabajo estimulantes y saludables para sus empleados.  

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Nueva llamada a la acción

Pásate por nuestra sección de Recursos, donde encontrarás Podcast, Guías para Recursos Humanos o Entrevistas con cargos importantes de RRHH. Además, tendrás acceso a una Plantilla de Factores de Riesgo Psicosocial, que os servirá para cumplir con los requisitos de la Inspección de Trabajo.  

Esperamos que este post sobre cómo ser el mejor en el trabajo y sus consecuencias psicológicas cuando ese deseo se nos va de las manos te haya dado buenas ideas para facilitar el cumplimiento de tus tareas. Contacta con nosotros para conocer mejor cómo funciona nuestro programa de bienestar emocional para empresas. Solo tienes que escribirnos y te responderemos lo antes posible.

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