¿Conoces el cuento de ‘La niña invisible’?

¿Conoces el cuento de ‘La niña invisible’?

Déjame que te hable de ella…

Solía verla desde la ventana.

Era una niña vital, muy inquieta, siempre corría jugando de lado a lado, era una personita de colores rodeada del gris del mundo de los adultos. Tenía fuerza en la mirada, se podía leer toda su inteligencia saliendo a borbotones a través sus vivarachos ojos.

Un día su sonrisa me pareció más pequeña de lo habitual, tan pequeña que apenas se apreciaba. Se sentó en el bordillo y comenzó a mirar la gente pasar. Al rato se levantó, pero se quedó quieta, como si no supiera qué hacer o dónde ir. Tuve ganas de acercarme, parecía triste.

Había otros niños jugando a su alrededor pero ya no despertaban en ella el interés de semanas atrás. ¿Ninguno iba a ofrecerla jugar? Pensé en bajar a preguntarla pero me contuve. ¿Qué habrá pasado?

No quería espantar a los niños que pudieran querer jugar con ella. Además, a pesar de ser una niña, me intimidaba el hecho de acercarme. Yo no estaba preparada para hacerme cargo de una niña. Tal vez no sería capaz de consolarla y desde mi lejanía, deseé con todas mis ganas que alguien más experto, más hábil o divertido, fuera a jugar con ella; que alguien fuera a consolarla.

Deambuló sin rumbo fijo, daba patadas a las piedras que se iba encontrando por el camino. Miraba con frecuencia hacia arriba, hacia el mundo de los adultos; sin embargo, casi todo el mundo llevaba demasiada prisa, estaba demasiado ocupado o tenía cosas más importantes que atender.

Según pasaban los días notaba como su sonrisa se torcía más y más, hasta casi desaparecer. Incluso estando tan lejos podía intuir como los colores se disipaban dando paso al gris. Desde mi cristal yo miraba a los demás indignada, ¿nadie piensa hacer nada?

Estaba enfadada, tenía ganas de gritar(les), tenía ganas de correr y abrazarla… ¿Pero quién era yo? ¿Qué podía hacer yo? Ella no estaba triste por mí, no parecía necesitar mis palabras ni mis abrazos, sino las de alguna otra persona que yo obviamente desconocía.

Me corroía la impotencia, tanto así, que abrí la ventana y les grité; pero cada uno seguía con sus cosas, nadie parecía oírme. En un arrebato de rabia bajé corriendo y ahí la vi, a punto de echarse a llorar.

La miré.

Me miró.

– ‘¿Puedes verme?’ Me preguntó.

– ‘Claro, siempre te observaba desde allí arriba’ Respondí.

No sabía qué debía hacer ahora, pero algo había cambiado. A partir de ahora no podría quedarme quieta mirándola sin hacer nada. Ella lo sabía. Yo lo sabía. Y después de muchos días, sonrió.

El cuento de ‘La niña invisible’ es la historia de los adultos, y del dolor que cada uno de nosotros hemos experimentado en algún momento de nuestra infancia, aunque a veces ni tan siquiera logremos recordarlo.

Es el relato del niño/a interior del que os hablábamos el otro día, ese niño que todos y todas llevamos dentro, y cuyo papel en el presente tiene mucha más importancia del que pensamos.

Habla de todas esas experiencias que nos han hecho sufrir de pequeños y nos siguen afectando, de forma consciente o inconsciente, en nuestra vida adulta. Nos invita a reencontrarnos con este niño/a interior para seguir creciendo de forma saludable, por fuera y por dentro

¿Y tú? ¿Eres capaz de ver al niño que se esconde dentro de ti?

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